Pese a las campañas de prevención y a las diferentes denuncias que han sido protocolizadas, el matoneo escolar sigue causando estragos en el área metropolitana de Bucaramanga y en general en todo Santander. En lo que va corrido del presente año, en la capital santandereana, en Girón, en Piedecuesta y en Floridablanca se han reportado 48 denuncias de matoneo escolar, mientras que en el resto del Departamento la cifra de estos episodios asciende a 13.
Tales denuncias, que tienen en alerta a las autoridades, a las directivas de los colegios y a las diferentes asociaciones de padres de familia, se quedan cortas si se tiene en cuenta que no todos los casos salen a la luz pública.
Las estadísticas salieron a la palestra ayer, 2 de mayo, en el marco de la conmemoración del Día Internacional contra el Bullying o contra el Acoso Escolar, fecha establecida por asociaciones de padres y diversas organizaciones no gubernamentales, con el objetivo de crear conciencia sobre este riesgo en los niños y jóvenes. De igual forma, esta fecha pretende buscar mecanismos y establecer protocolos de actuación ante casos de este tipo. Vale decir que esta causa se representa con un lazo de color púrpura.
Según datos del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, Unicef, uno de cada 3 estudiantes, entre 13 y 15 años, sufre actos de acoso escolar. Colombia, en ese sentido, ocupa el décimo lugar con más casos y Santander ocupa el puesto número siete en comparación con todos los departamentos del país.
Se considera acoso escolar o bullying a cualquier acto de violencia, ya sea verbal, virtual, físico o psicológico, ejercido por una alumna o un alumno, o bien un grupo de estudiantes sobre otro u otros, en escuelas de educación básica, con el propósito de intimidar, controlar, mediante contacto físico o manipulación psicológica. Se produce dentro de las instalaciones de los centros educativos y en el horario escolar.
En el caso del área metropolitana, en el 80 % los casos de matoneo se han registrado en los entornos escolares o en las vías de acceso a las instituciones educativas. Es más, de acuerdo con la Policía de Infancia y Adolescencia, en el Sistema de Información Estadístico, Delincuencial, Contravencional y Operativo de esa institución, en estos primeros cuatro meses del año se han recibido 98 reportes de algún delito en entornos escolares, siendo las comunidades educativas las más afectadas en esos penosos episodios.
De acuerdo con la personera de Floridablanca, María Margarita Serrano Arenas, quien lidera varios programas para prevenir los acosos escolares, “nuestra labor en estos momentos debe estar enfocada en proyectar mensajes de bienestar y fomentar conductas que aporten, que impulsen una construcción colectiva. Este tipo de violencia tiene un impacto significativo porque afecta negativamente a la víctima, disminuyendo su autoestima y confianza, lo que puede conllevar a que padezca de frecuentes estados de ansiedad, depresión, autoagresión e, incluso, conducir al suicidio”.
Un 35% de los colegios públicos y privados en el área metropolitana de Bucaramanga han solicitado la ayuda del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, ICBF, para afrontar casos de matoneo, en su mayoría de acoso cibernético.
“Por ello, es fundamental construir espacios seguros, relaciones sólidas basadas en el respeto y la empatía, abordar esta compleja situación en su justa dimensión, sin minimizarla; es, sin lugar a duda, una responsabilidad de toda la comunidad educativa. Sin embargo, también debe concitar el compromiso de nosotros como administración pública. Las puertas de la Personería Municipal siempre estarán abiertas para ustedes, para escucharlos y orientarlos y, así mismo, construir juntos una sociedad libre de este flagelo”, añadió.
Vale mencionar que la Policía Metropolitana de Bucaramanga, Mebuc, a través del grupo de protección a la infancia y a la adolescencia, emprendió una campaña para custodiar y vigilar a los diferentes planteles con el Plan Integral de Protección a la Niñez. De igual forma se trabaja en estrategias para contrarrestar el ‘bullyng’ que se ha detectado en diferentes planteles educativos.
