Sus imágenes son auténticas, naturales y de colección; toda dedicadas con el tallaje de la madera y así convertidas en obras de arte.
Alfredo Gualdrón León más conocido como ‘Fello’, comenzó desde niño a involucrarse en este oficio, que hoy lo tiene como uno de los mejores en esta disciplina.
Nació en Barrancabermeja, pero desde hace 25 años vive en el barrio La Candelaria de Piedecuesta. Allí tiene su familia y un pequeño taller, donde expone todas sus figuras de madera, hecha arte.
“El amor por esto va desde niño. Me gustó hacer cosas con la madera, arreglaba cuchillos y todo lo que se involucrada con palos. Tallar se me volvió un gusto y hoy, a mis 72 años, trabajo la madera como un gorgojo”, comenta este hombre, quien trabajó en la refinería del Puerto Petrolero.
Su presente lo tiene trabajando e investigando la madera de café, un sueño que hoy es realidad.
“Cuando el campesino soca la madera o lo convierte en basura yo la recojo y la convierto en arte. Así he realizado varias obras que se han expuesto en sitios de la ciudad”, comenta.
Y es que, según Fello, la madera de café es un motivo especial para poder trabajar este maestría.
“Quiero resaltar las bondades de este producto. Esa planta se debe aprovechar en todos los sentidos. La hoja del café es un té y un remedio importante de la medicina natural”.
“La madera no sólo sirve para hacer carbón y echarla a la candela, sirve para hacer arte, como yo la estoy aprovechando”, dice.
Su taller está ubicado en el balcón de la casa. Lleno de herramientas y donde se la pasa trabajando cuando comienza a tallar la madera.
“Mi sueño es estar en un lugar del campo, para allá hacer este oficio que requiere de tiempo, dedicación y que mejor que rodeado de naturaleza”, afirma.
“Alas para volar”
Fello es de esos hombres inquieto por lo que hace y en cada rincón de su casa hay un objeto tallado en madera.
Su sueño es participar en un latinoamericano de tallas de madera; ha trabajado para eso, pero aún le falta el impulso del gobierno departamental.
“Quiero buscar mi reconocimiento como tallador de madera, para poder participar en los eventos internacionales. Yo soy un artista y mis obras son detalles. Trato de mostrar eso con cada palo de café; lo importante es demostrar que esta madera sí se puede trabajar”, afirma.
Estar en el libro “Salón Bat de Arte Popular” en Colombia ha sido su mayor reconocimiento, pues junto a cientos de artistas está su nombre y varias fotografías de su esculturas hechas en madera de café.
“He tallado el colibrí polimizando la miel, tengo bastantes obras como el rostro de Cristo que hoy está en los Estados Unidos. También otros como el colibrí con la mora, el cafetero piedecuestano, el abuelo piedecuestano muy famoso y que llamábamos “El desbaratado” y la chapolera, entre otras obras”, puntualiza.
