La primera vez que llegó la mora a Colombia fue a Sevilla, una de las veredas más prósperas de Piedecuesta.
Esto sucedió hace más de 60 años, lo que le cambió la vida a los primeros pobladores de esta zona que se dedicaron a cultivarla y a convencer a más campesinos de otras veredas aledañas para que apostaran por esta siembra.
Eliécer Echavarría sería el campesino nómada que trajo la semilla por primera vez al suelo a ‘garrotero’. Así lo cuentan los primeros pobladores de esta zona rural como la familia de Rosalbina Hernández, una de las mujeres testigo del crecimiento de la mora en Santander.
Esta historia que ‘enamora’ ahora está al alcance de todo el que quiera medírsele a la cuesta y probar de la mano de los campesinos garroteros, la mejor mora del país y, por supuesto, el vino que nace de su fermentación.
De la mano al paladar
A 1.880 metros de altura sobre el nivel del mar inicia la Ruta del Vino en Piedecuesta, específicamente en la vereda Sevilla, la más emblemática del cultivo de mora.
La familia Rico, oriunda de este sector, es la cabeza de la producción de vino artesanal de la vereda.
Su finca llamada Las Cascadas, abrió las puertas a turistas piedecuestanos, santandereanos, colombianos y de todo el mundo para dar a conocer cómo se produce la bebida de los ‘dioses’ y de paso aprender sobre cómo este cultivo le dio la identidad a todo un pueblo.
Anderson Rico, hijo de Ricardo Rico, creador de esta idea, contó que el objetivo es que las personas se enteren sobre cómo se cultiva el fruto. Además, para que aprendan sobre su historia, la cual enaltece a los campesinos de esta región y que, por supuesto, lleva a los visitantes a disfrutar del paisaje.
“Aquí tenemos unas cascadas que las personas podrán disfrutar como balneario, que también tienen acceso a los cultivos de mora, y a la degustación de nuestro vino ‘Las Cascadas’”, según contó.
Una alianza ‘garrotera’
Como iniciativa turística, la Ruta del Vino nació de la unión de dos piedecuestanos, quienes decidieron juntar sus saberes y atraer amantes de la naturaleza y de los viajes.
Fue así como Anderson Rico e Iván Mendoza, un abogado con vocación de viajero, decidieron lanzar por lo alto el turismo en Sevilla.
Mendoza y su agencia ecoturística ‘El Viaje: la magia de conectar’, convocaron el primer recorrido este año y los viajeros quedaron maravillados con la historia de la mora y la belleza del ecosistema en Sevilla.
“Lo que queremos es que las personas se conecten con campesinos, lugareños, que pueden hacer un recorrido más interesante sobre las veredas”, concluye el emprendedor.
Turismo ‘garrotero’ que conecta a viajeros con lugares increíbles
Detrás de la Ruta del Vino en Sevilla trabajan tres talentos santandereanos: Iván Mendoza, abogado y viajero por excelencia; Yuly Moreno, negociadora internacional, y Édgar Calderón, un ingeniero ambiental, que aporta sus conocimientos sobre biodiversidad.
La agencia ‘El Viaje: la magia de conectar’ tiene menos de un año de existencia. Sin embargo, ya ha convocado a las rutas más ecológicas por Piedecuesta y también por Santander.
En algunas travesías, los acompañan más expertados en el tema quienes se encargan de contarle a los turistas los tipos de plantas, aves, cultivos y los datos curiosos de la zona que visitan.
Estos ‘garroteros’ quieren hacer turismo de naturaleza en su ‘tierrita’ y también en el territorio nacional.
Si quiere hacer parte de esta experiencia, puede comunicarse con Iván Mendoza al 320 3430624.