Aprendió a ser pulido, elegante y a darle a sus clientes un muy buen resultado.
Lleva más de 35 años entre cueros y puntillas aplicando un arte, como lo describe él, muy bonito.
Julio Cesar Navarro tiene 58 años y vive en La Cumbre, Floridablanca y tiene como oficio ser zapatero.
Comenzó trabajando en la plaza de Bucarica, luego se fue para el barrio El Carmen, pero desde hace 26 años está en Palomitas.
“Mis inicios fueron muy duros, pero gracias a Dios he salido adelante. Comencé con un caneco y dos tablas. Así arreglaba el calzado que le traían los clientes”.
“En Bucarica tenía un ‘puestico’ pero no me iba tan bien, luego en el Carmen logré algunos clientes y después me fui a buscar suerte hasta llegar a Palomitas”, dice Julio Cesar.
Cuenta que fue gracias a un amigo taxistas que pudo llegar a este barrio, donde ya es uno más de sus comerciantes.
“A él toda mi gratitud, porque me extendió la mano en un momento difícil. Ha sido una lucha dura en este lugar, pero aquí continúo. Me han tratado de sacar, pero el de arriba y los clientes me apoyan; llegan de muchos lados”, comenta.
‘El Mono’ como es conocido, le arregla todo tipo de calzado. Se fija en cada detalle y busca satisfacer a las personas con un resultado más positivo.
“Arreglo de todo. En el día puedo estar arreglando de 8 a 10 pares. Siempre le madrugo al día, llego a las 6:00 de la mañana y me voy en la tarde”.
“Hoy ya tengo algo más ordenado. Mi cajón y un sitio más cómodo donde trabajar y entregar lo que me mandan a componer”, dice.
Y es que “zapatero a tus zapatos” expresa aquel dicho popular y ene so sí se identifica Julio Cesar.
“Aprendí de este arte. Soy de esos zapateros antiguos, trabajaba en fábricas. Con mis seis hermanos; todos somos remontadores”.
“Lázaro es el mayor, y él fue quien me enseñó. Aprendí creo que bien (risas). El secreto está en la dedicación y el juicio que uno tenga para componer el zapato. Y la responsabilidad, no solo es echar pegante, es embellecer el calzado”, expresa ‘El Mono’ quien también hace zapatos y los pone a la venta.
Para él, Dios me ha dado la mano en todo esto y con su trabajo ha sacado su hogar adelante.
“Soy casado y tengo tres hijos. Ella está en el hogar y uno de mis hijos me ayuda aquí en este oficio”, dice.
Finalmente, Julio Cesar espera que la vida le siga colocando más clientes en su camino y así que trabajito nunca acabe.
“Cualquier persona puede venir y le arreglo el zapato. Le coloco las tapas a las zapatillas de dama. Hago pegues, los pinto, también si se necesita se le cose; en fin todo lo que se puede hacer en una remontadora.
Si desea contactar a Julio Cesar, puede llamarlo al 3133360512. O puede ir a Palominas en horas de la mañana.
