“Cuanto más se retuerce, es más imposible de desenredar”. Ese viejo refrán se aplica a cabalidad en el tendido de redes eléctricas y de otros servicios en la capital santandereana y en sus vecinos municipios del área metropolitana.
Y el problema de los cables ‘cruzados’ no sólo es un problema de estética, también es un asunto de seguridad. Muchas personas están expuestas a sufrir accidentes ‘de alta tensión’, debido a la cercanía que en muchos vecindarios existe entre las redes eléctricas y las viviendas; lo propio pasa en los establecimientos comerciales.
Como si fuera poco, en buena parte de la ciudad, las ventas ambulantes se ‘atan’ a postes de energía y exponen la integridad física al instalar cables sin las más mínimas normas de seguridad.
La problemática también se evidencia en los barrios de estratos bajos. Según información de la Secretaría de Planeación de Bucaramanga, se estima que al menos 46 asentamientos humanos o barrios subnormales, de manera literal, “están colgados a este peligroso proceder eléctrico”.
Con tal de conectarse a una red, muchas veces de forma fraudulenta, no se respetan y se desconoce la norma. Total: invaden las servidumbres.
El riesgo que hoy existe se debe a la ejecución de obras irregulares, según confirmó la Empresa Electrificadora de Santander. Las redes que utiliza la entidad en Bucaramanga existen hace más de 50 años; sin embargo, muchos asentamientos construyen sin tener en cuenta la cercanía con el cableado, tal y como ocurre en Ciudad Norte.
Durante los últimos años, las entidades de servicios lograron normalizar a más de 5 mil usuarios en Bucaramanga, que tenían conexiones ilegales o que tenían redes muy cercanas a sus viviendas y con riesgos. No obstante, son muchos los predios que aún registran esta problemática.
Otro de los peligros se evidencia con el juego de las cometas. Si se tiene en cuenta que los hilos son conductores de electricidad, no se debe volar estos ‘pasatiempos’ en las cercanías de cables, postes o instalaciones de alta tensión. En Bucaramanga y en los demás municipios del área, como agravante, las autoridades han encontrado a cometistas que usan hilo de cobre, lo que convierte a la cometa en un ‘pararrayos’.
¿Zapatos usados o fronteras invisibles?
No podemos dejar de esta lista a la denominada ‘frontera invisible’, la cual en el contexto de Bucaramanga representa una delimitación de un territorio por parte de un grupo de ‘parches’ de la ciudad.
Dentro de este fenómeno encontramos algunos símbolos, pero en el caso particular se destaca el lanzar zapatos a los cables de energía. En el papel, eso significa que en esa zona se venden sustancias ilegales o es un lugar donde no se debe cruzar. Un símbolo indudable para muchos y contemplado con ingenuidad por otros, pero que evidencia una condición de violencia que resalta la fragilidad de los vecindarios y afecta a las redes de energía.
En el Top Urbano de hoy presentamos los cinco problemas que más enredan el alumbrado público. Veamos:
1. Calle 44 con carrera sexta: En este punto del barrio Alfonso López, de la Comuna 5, las redes del alumbrado parecen una singular ‘vitrina del calzado usado’.
2. Conexiones múltiples: El Centro de Bucaramanga, especialmente en la calle 34, entre carreras 17 y 18, es la comuna más caótica en cuestión de enredos. A un poste se cuelgan más de cien suscriptores.
3. Vuelo de miedo: En 2022 se presentaron 564 incidentes por cometas enredadas, las cuales afectaron varias conexiones eléctricas. Este ‘pasatiempo de los aires’ se ha convertido en un gran riesgo.
4. Cables fraudulentos: Algunas personas manipulan los cables de los servicios públicos. Deberían tener presente que estas faltas son sancionadas con la suspensión y/o corte del servicio, según la Ley 142.
5. ‘Motas’: Se evidencia la propagación de musgo en las redes eléctricas de alta tensión. Esa especie de planta ‘trepadora’, podría ocasionar descargas en el tendido eléctrico.
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