17 días duró hospitalizado un niño cartagenero en la Clínica San Luis, de Bucaramanga, con una afección respiratoria severa. Ayer junto con sus padres regresó a su ciudad, luego de cumplir el tratamiento.
Este caso se cuenta porque Bucaramanga fue testigo del primer caso exitoso con terapia Ecmo para un neonato, que tenía asfixia compleja más una neumonía. Hoy Dairo José Ballesteros Bohórquez, papá del paciente que recibió la terapia Ecmo, regresa a Cartagena lleno de optimismo.
“A pesar de que me dijeron que la terapia era riesgosa, me siento satisfecho con los médicos, la clínica y la EPS Coosalud. Fue un proceso muy difícil, pero había que hacérselo a mi niño, que tenía un pronóstico delicado desde Cartagena, incluso estuvo intubado a y en siete días respondió bien acá en Bucaramanga”, contó Ballesteros.
El bebé fue traslado en transporte aéreo y lo esperó en la capital de Santander Liliana Bareño, médico pediatra, quien resaltó que este primer caso exitoso con terapia Ecmo fue posible porque la clínica ofrece este método para adultos y menores de edad.
“Este niño superó la fase aguda de su enfermedad y, por supuesto, podrá seguir su recuperación en Cartagena”.
La Clínica San Luis dijo que la EPS cubrió todos los gatos del tratamiento y resaltó este caso exitoso como un trabajo articulado entre entidades promotoras e instituciones prestadoras en el sistema de salud actual.
A Cartagena, en un vuelo aéreo medicalizado, fueron a buscar el niño estos profesionales: Sergio Zavaleta, cirujano pediatra; Juan Manuel Africano, coordinador médico del grupo Ecmo de la Clínica San Luis; y los jefes de enfermería Ecmo, Camilo Romero y Vivían Franco.
La terapia Ecmo, por sus siglas en inglés que significa Extracorporeal Membrane Oxygenation, es un soporte vital fuera del cuerpo o una especie de pulmón artificial que garantiza un adecuado aporte de oxígeno a los tejidos y órganos de la persona.
Funciona mediante un circuito que extrae la sangre del paciente y la pasa a través de una membrana oxigenadora (pulmón artificial), con el fin de intercambiar gases sanguíneos, como dióxido de carbono y oxígeno, para retornar la sangre oxigenada a través de una vena o una arteria. Esto genera una asistencia al corazón o pulmón, mientras estos órganos se recuperan de una enfermedad que no les permite funcionar adecuadamente.
