Carlos Arturo Gil, o ‘Chócolo’ como llaman de cariño a este reconocido pescador en el municipio de Puerto Berrío, no cabe de la alegría luego de haber capturado en medio de su faena de pesca, una cachama de 52 libras que se convirtió en la sensación entre los vendedores de pescado en el Puerto de esa localidad del Magdalena Medio antioqueño.
Fue el pasado martes cuando salió en su canoa y su atarraya a pescar, como de costumbre, en las aguas del río Magdalena. Su faena empezó a las 6:00 am y horas después, cuando menos lo esperaba, una fuerte carga en su atarraya lo sorprendió.
“Yo la cogí por el sector de La Ballena en el río Magdalena, con una atarraya; eso fue el martes tipo 12 del mediodía, tiré la atarraya y me tocó luchar para sacarla y poder echarla a la canoa; yo estaba solo y eso jala muy duro, tiene mucha fuerza”, dijo el pescador.
Luego de apreciar lo que había en la red no pudo evitar el asombro, pues cuenta que en los 40 años que lleva como pescador, jamás se había topado con algo similar. “Las había cogido pero más pequeñas de 20, 22 libras, pero de ese tamaño no, por eso uno se sorprende”, dijo.
Luego el hombre trasladó la enorme cachama hacia el puerto en donde pudo venderla en $208.000. “Uno vive de la pesca, lo que uno consigue es para vender y en este caso me pagaron a 4 mil pesos la libra”, dijo.
En el pueblo no salen del asombro y califican la pesca como milagrosa. “Hacia más de 20 años una cachama de estas no era cogida en Puerto Berrío y sobre todo con atarraya, estos animales tienen mucha fuerza, esto es un milagro de Dios”, dijo Jorge Enrique Aguilar, concejal porteño.
Es un récord
Javier Ovalle, director de la Autoridad Nacional de Pesca y Acuicultura (Aunap), dijo que sin duda alguna este ejemplar capturado en Puerto Berrío impone un récord en la región.
“Ya se han capturado cachamas de 10, de 15, yo conocí una de 25 libras , pero esta es enorme, se rompió el récord; 52 libras es algo monumental, estamos hablando de un cuarto de 100 kilos, es bastante apreciable su tamaño, ahí hay alimento para muchas personas”, dijo.
Y agregó que esto ejemplares terminan en el río Magdalena, “porque se salen de estanques que no tienen las condiciones técnicas adecuadas para hacer este tipo de engorde de peces, porque la altura del nivel del agua con el talud del estanque es muy poca; el desagüe es de poco diámetro y por eso se desborda el estanque y estas especies van a parar a las fuentes hídricas. La mayoría termina desembocando en el río Magdalena”, dijo.
Las cachamas son originarias de la Orinoquía y la Amazonía Colombia, en esa zona tiene un crecimiento considerable y en el río Magdalena, según el director de la Aunap, logran desarrollarse porque tienen un entorno rico en alimentos.
En el Magdalena Medio son cultivadas dos especies: la blanca y la negra, las cuales son cultivadas en grandes piscícolas de la región.