El pasado viernes 3 de febrero, los vendedores del Parque La Libertad, de Piedecuesta, fueron desalojados sin previo aviso por parte del Escuadrón Movil Antidisturbios, Esmad, y las retroexcavadoras y volquetas que darían inicio a la remodelación de este lugar principal y concurrido por los piedecuestanos.
En medio de la inconformidad y la impotencia, los trabajadores que venden comidas rápidas en el parque sostienen que a la fecha no hay soluciones por parte de la Alcaldía de Piedecuesta para su gremio, mientras la obra de remodelación avanza.
Trabajan a pérdidas
“Ahorita las ventas están re pésimas. Yo era una persona que llevaba 120 o 130 empanadas a vender al parque. Ahora estoy llevando 70 y me quedan 30, me quedan 20”, cuenta Milena Rosales, vendedora de empanadas en la jornada de la mañana y madre soltera que tiene como único sustento la venta de estos combos con bebida en el parque.
“El Alcalde no nos da la cara, no nos dice qué va a pasar con nosotros”, agrega la comerciante al manifestar su preocupación por lo que vive actualmente su gremio.
Por su parte, Flor Berbeo, líder de la Asociación de Vendedores de Comida Rápida de Piedecuesta, afirmó que en la reunión del pasado sábado en la tarde, se acordó que los trabajadores podrían seguir laborando en este espacio mientras la obra avanza.
Sin embargo, en los próximos días las máquinas llegarán al separador, zona donde actualmente se encuentran los vendedores de este espacio, por lo que temen que la situación se agudice mucho más. “La gente se queja del polvero que le cae a la comida, ¿pero hacia dónde nos podemos mover?”, asegura Berbeo.
María Rueda Almeyda es una mujer de 54 años que lleva 40 dedicada a la venta de chuzos, mazorcas y picadas. Ella, al igual que sus demás compañeras, es una madre de familia que también exige una reubicación en Piedecuesta que les permita mejorar sus ventas.
“Por favor, que nos digan qué va a pasar con nosotros”, agrega María.
Las vendedores del parque aclaran que no están en contra de la remodelación del Parque La Libertad, pero sí exigen mayor presencia del alcalde Mario José Carvajal para que ellas puedan seguir dedicándose a este sustento, pues en su mayoría son madres solteras y mayores de 50 años.