Desesperados, así están los conductores que se ven obligados a pasar por la carretera en la vía Piedecuesta-Curos, quienes quedan literalmente ‘atorados’ con sus carros entre dos y hasta tres horas haciendo tal recorrido.
Como lo ha venido denunciando este diario, un reductor de velocidad en la salida de Piedecuesta, el cual inexplicablemente adecuó la Agencia Nacional de Seguridad Vial, ANSV, es el responsable de estos eternos trancones que ‘sacan de casillas’ a centenares de personas.
Los conductores también alegan que el panorama empeora con los semáforos de El Molino y con el paso por el peaje.
Ayer la congestión fue monumental: “Es una tortura circular por las inmediaciones de Piedecuesta. Ayer duré dos horas atrapado aquí. ¿Qué tenemos que hacer para salir de este caos?”, preguntó Luis Alirio Sánchez, quien vivió el viacrucis.
Se teme que hoy, justo con la operación retorno, el tema sea más neurálgico, teniendo en cuenta la gran cantidad de carros que entrarán al área metropolitana de Bucaramanga, al término del primer puente festivo del presente año 2023.
El alcalde de Piedecuesta, Mario José Carvajal Jaimes, vía Twitter, le solicitó a la ANSV “la inmediata demolición de este resalto en la vía, que tiene frenada la movilidad en la zona”.
Lo propio dijo Edgar Jesús Rojas, director territorial de Invías, quien recalcó que “en la salida de Piedecuesta tenemos un gran represamiento por la cantidad de vehículos que se frenan con el resalto vial. La obra que hizo la Agencia Nacional de Seguridad Vial, que incluyó el reductor de velocidad por estos lados, hace traumático el paso”.
Los conductores y en general todos los ciudadanos confían en que este ‘viacrucis’ tenga su fin lo más pronto posible.