El comercio en el sector conocido como ‘Papi Quiero Piña’ (PQP) se niega a desaparecer.
El funcionamiento del ‘paradero’ ha propiciado que comerciantes antiguos y nuevos improvisaran sus propias ‘chazas’ a 50 metros de donde funcionaba la antigua caseta ‘Pare Papi Quiero Piña’.
Luis Emilio ‘El Chulo’ Angarita, el pregonero más antiguo de este paradero, señaló que están esperando la reubicación de estas casetas, cuando el proyecto de la terminal se concrete.
“Acá estamos a merced de lo que el Gobierno quiera. Así estemos más lejos de lo que usualmente era ‘Papi Quiero Piña’, este sigue siendo el mismo sector en donde las personas consiguen su pasaje”, dijo.
Don Angarita es uno de los propietarios de las seis casetas que se han ubicado en esta zona, en la que turistas esperan conseguir, a buen precio, un viaje intermunicipal. Como él, más de cinco familias se sostienen de esta actividad económica y a los viajeros les resulta de utilidad comprar ‘pasabocas’ y confitería, para los recorridos.
“Llevamos ya casi un año instalados acá. Mi mamá era empleada de una caseta y vio la posibilidad de tener su propia ‘chaza’ y aquí vendemos bien”, contó Rafael Zea, hijo de la propietaria de uno de estos negocios.
Este vendedor también resaltó que este sitio es propicio para la venta. Contó que sus clientes son entre deportistas, viajeros, taxistas y hasta personas que cruzan, rutinariamente este sector.
Una reubicación ‘en veremos’
Si bien los antiguos dueños de las casetas ‘Pare Papi Quiero Piña’ quedaron esperando la promesa del exalcalde Héctor Mantilla, esta idea de una reubicación nunca se concretó.
Gustavo Pinilla, uno de los hijos del fundador de la icónica caseta florideña, le contó a esta redacción que su padre murió esperando ese espacio en el que vería renacer su negocio, que le daba empleo a alrededor de 30 familias.
“Los políticos no cumplieron su parte del trato y nos mintieron”, agregó.
Por el momento, estas nuevas y antiguas familias comerciantes que han ‘revivido’ este mercado, piden a las autoridades llegar a un consenso o un proyecto que los incluya como vendedores importantes en el paradero ‘PQP’.