Luego de avalar el preacuerdo entre la Fiscalía General de la Nación y la defensa, un juez de conocimiento condenó a Andrés Felipe Bohórquez a 25 años de prisión, por su presunta responsabilidad en el homicidio Duván Sneider Valbuena Amorocho, perpetrado hace más de un año, en Floridablanca.
Los hechos ocurrieron el 14 de agosto de 2021, en el barrio Los Laureles, donde el hoy procesado, en medio de una riña, hirió con arma blanca a Duván conocido como ‘Bucarico’, causándole la muerte. Desde ese momento, las autoridades comenzaron su búsqueda y fue así como después de una ardua investigación, lograron ubicarlo en Zipaquirá, Cundinamarca, en mayo de este año. Durante nueve meses evadió a la justicia.
Huyó a otro departamento, creyendo que podía burlar la ley, pero en sigilo los agentes de la Sijin recopilaron el material probatorio y lograron dar con su paradero.
“En este momento le notifico que usted tiene orden de captura por homicidio expedida por el Juzgado Sexto Penal de Garantías de Floridablanca”, le dijo una agente de la Sijin de la Policía Metropolitana de Bucaramanga.
En ese momento quizá Andrés Felipe solo pensó en la razón: ‘Bucarico’
Después de su cometido, Andrés Felipe se esfumó sin dejar rastro, los habitantes de Villaluz señalaron en ese entonces, que tanto él como ‘Bucarico’ frecuentaban el sector, cerca de la plaza de mercado.
Bohórquez fue capturado por uniformados de la Policía Nacional. Desde ese momento permanece privado de la libertad en establecimiento carcelario. Le imputaron el delito de homicidio agravado.
El crimen
El crimen ocurrió en medio de una violenta riña que se suscitó cerca a la plaza de mercado del barrio Villaluz de Floridablanca.
‘Bucarico’ tenía familia y un hogar pero, al parecer, deambulaba a diario por las calles y rodeado de malas compañías. En esa selva urbana cualquier rencilla podía terminar violenta y así le ocurrió a ‘Bucarico’.
Ese día, en horas de la noche, ‘Bucarico’ y Andrés Bohórquez se enfrascaron en unos lances mortales a cuchillo.
‘Bucarico’ llevó todas las de perder, su contrincante fue más veloz y le clavó el filo en el pecho antes de que pudiera reaccionar.
Esa ‘cortada’ bastó para que su corazón dejara de latir.