Quienes han tenido poco acercamiento al fútbol femenino y ahora se emocionan con la actuación de Colombia en el Mundial sub-17, preguntan sobre las verdaderas posibilidades de alcanzar el título ante España. La respuesta es sencilla: este domingo (9:30 a.m.) veremos en la cancha un juego mano a mano, con dos equipos parejos, como sucedió en el encuentro de la fase de grupos en el que las ibéricas marcaron el gol del triunfo (1-0) en los últimos minutos.
Así que vale ilusionarse y levantarse optimistas de que por fin un seleccionado nacional consiga una copa Fifa, esta vez en la India. Y es que como dijo Liliana Zapata, dirigente y pionera de este deporte, “Colombia está lista para enfrentar a cualquier equipo, hace rato somos grandes; me alegra lo que nos está pasando, pero no me sorprende”.
Zapata recordó que el proceso del fútbol jugado por mujeres en el país lleva 30 años y ya estaban esperando cumplir el objetivo de llegar a una final mundial. “Aparte del trabajo técnico, la mentalidad y fuerza que han mostrado estas jugadoras da para soñar”.
Lindas sensaciones
Lo anterior, sumado a la seguridad que reflejan las 21 jugadoras que tiene a disposición el técnico Carlos Paniagua para el duelo definitivo, entre ellas Linda Caicedo, aumentan la esperanza colombiana.
“No vemos este partido como una espina o una revancha, es un juego diferente y esperamos hacerlo bien y llevarnos esa linda copa que todos queremos”, comentó la delantera vallecaucana que, en una demostración de madurez, evitó hacer comentarios sobre los premios durante la última charla que tuvo con la prensa.
El tema de los incentivos ha generado polémica en los últimos días porque la afición le reclama a la Federación que les dé a las prejuveniles el reconocimiento que se merecen. “Las cosas externas se quedan ahí, lo importante es que ahora estamos unidas y concentradas en nuestro interior”, añadió Caicedo, una de las goleadoras del certamen con cuatro tantos.
Al preguntarle cómo ha asumido todas las vivencias del último año, Linda respondió con naturalidad: “Con humildad y alegría, antes de futbolista soy persona y todo eso me lo voy ganando con la experiencia. Espero seguir siendo una niña alegre”.
Reconoció que estar ad portas de la final de un campeonato del mundo le eriza la piel “y no tiene nombre”.
Eso sí, apuntó que ha sido un trabajo difícil pero a la vez hermoso en el que cada una de las integrantes del equipo han demostrado amor y respeto por la camiseta. “Amo a mi país y a mi patria, estamos para grandes cosas”.
Mientras no ocultó que siente un poco de ansiedad y nervios previo a la final, y que solo aguarda que llegue el domingo. Cuando elogiaron su desempeño individual dijo que lo más complejo en la vida es saberse mantener y de inmediato hizo referencia al trabajo de equipo: “Más allá de ser la mejor en los torneos, lo fundamental es lo colectivo y el juego solidario de las compañeras. El fútbol es de once en la cancha y de que todas estemos conectadas para dar lo mejor”.
Sobre el papel que le asignó el cuerpo técnico como capitana en este torneo, pues en el Suramericano la cintilla la portó Mary José Álvarez, Linda Caicedo manifestó que nada ha cambiado y que siempre aplica los consejos de la familia y los amigos, que continúa en su mismo rol.
“Cuando el profe me lo dijo me tomó un poco por sorpresa y lo asumí de la mejor manera; esperando que las compañeras lo percibieran bien, que sientan que trato de respaldarlas con mi experiencia y que vean en mí no solo a la futbolistas, sino a la persona” que tiene los mismos sueños.
Las palabras de la figura de Colombia en el Mundial Sub-17 de la India, y de una pionera como Liliana Zapata dan cuenta de una gran convicción previo al partido que le puede dar al país su primer título en el fútbol en todas las categorías, tanto en hombres como en mujeres.