El pasado 6 de septiembre, las autoridades reportaron que siete estudiantes del Instituto Isaías Ardila Díaz de Mogotes fueron víctimas de una broma de sus compañeros, quienes mezclaron Sildenafil con gaseosa y se la ofrecieron como una bebida azucarada.
Dos de los jóvenes que tomaron la mezcla tuvieron reacciones adversas a su salud y tuvieron que ser trasladados al Hospital de Mogotes, y luego al Hospital de San Gil. Al parecer, las pastillas las habrían comprado en una droguería del pueblo.
Un día después del primer caso, el 7 de septiembre, la situación se repitió en un colegio de Girón. Dos niñas de quinto grado de un colegio del municipio mezclaron tres pastillas de Viagra en un refresco y se la dieron a probar a un niño de 10 años de edad y una niña de 12.
Estos niños fueron remitidos a centros hospitalarios con fuertes dolores de estómago y náuseas. Aunque no fueron hospitalizados, si quedaron bajo observación y seguimiento por parte de sus EPS.
Las causas de los retos
De acuerdo con el especialista en Psicología Clínica de la Universidad Pontificia Bolivariana, Javier Gómez, “muchos jóvenes, hoy en día, no aceptan las condiciones que la vida les ha otorgado, independientemente de su condición socioeconómica. Esa inconformidad los lleva a una competitividad perturbadora para mostrarse ante los demás, entre ellos los retos virales”.
El especialista aclaró que, en muchos casos, estas conductas refieren manifestaciones clínicas como ansiedad, depresión, baja autoestima o problemas familiares que generan dificultades en la vida de los jóvenes”.
Sin embargo, Gómez Sánchez advirtió que muchos de estos comportamientos de desequilibrio emocional se generan en los primeros años de vida. “En las observaciones realizadas en grados pre-escolar y primaria se identifican niños que tienen comportamientos perturbadores, hiperactividad, déficit de atención y conductas agresivas que se convierten con el tiempo en una ‘bola de nieve’, que se complica con la entrada de la etapa adolescente”.
La peligrosidad de estos retos, según el psicólogo Gómez Sánchez, radica en que se pueden convertir en una obsesión a la hora de logarlos y los límites se pueden perder. Con esto puede poner en riesgo la salud o la vida. “Cuando un muchacho pierde un reto, puede caer en frustración, se pueden afectar sus procesos de autoestima y la situación puede derivar en planes suicidas o en la misma muerte”.
Desde la visión del experto, las situaciones de competitividad sin límites denotan la pérdida de valores de familia y el desplazamiento de los principios que se inculcan en los grupos familiares tradicionales. Asimismo alejan a los jóvenes de sus verdaderos proyectos de vida, de lo que quieren ser o lograr.
Riesgos para la salud
Al ser consultado sobre esta situación, el secretario de Salud de Santander, Javier Villamizar, informó que estos casos también se han repetido en colegios de Málaga, Vélez, Güepsa y Aratoca. Integrantes de las mismas instituciones educativas hicieron las denuncias ante las autoridades.
El funcionario advirtió que las afectaciones para la salud por el uso inadecuado de la ‘pastilla azul’ van desde bajas en la presión arterial, dolor de cabeza, mareo y afectación en la visión y hasta daños en la retina.
También, el uso del medicamento no está permitido para personas con enfermedades cardiovasculares, ni menores de 19 años. El Viagra también está restringido para pacientes con antecedentes de enfermedades hepáticas que con lleven a una insuficiencia grave de esta función.
Lo que se está haciendo
En Girón, donde ocurrió uno de los casos, la Alcaldía dijo que se están realizando operativos de registro y control durante el ingreso y salida de las jornadas escolares para verificar si alguno de los estudiantes tiene estos medicamentos u otras sustancias que puedan afectar a los menores.
Además se anunciaron una serie de charlas de concientización para que los jóvenes aprendan sobre el peligro del uso indebido de estas sustancias de comercialización con prescripción médica.
