Eran los principales expendedores de cocaína y otros estupefacientes en el barrio El Refugio y la vereda Los Monos de Piedecuesta.
Surtían el ‘polvo blanco’ principalmente en los antros y prostíbulos de la zona.
El negocio les dejaba a ‘Los Garroteros’ una millonaria ganancia de hasta $15 millones mensuales.
Cinco meses les tomó a los investigadores de la Sijin recopilar el material probatorio en contra de los jíbaros y su cabecilla para poder realizar los operativos que dieron con su captura.
‘Cayeron’ con todo su arsenal. Durante las diligencias de allanamiento les incautaron 560 gramos de estupefacientes, 13 cartuchos calibre 38, 13 documentos de identidad (cédulas), tres celulares, dos armas de fuego, un arma traumática y una gramera.
Con cada golpe asestado a las estructuras criminales dedicadas al turbio tráfico de estupefacientes, se evita que la ciudad siga en la espiral de violencia desatada por las ansias de acaparar el control territorial de la venta de droga.
Cuatro homicidios ocurrieron cerca a los sitios de lenocinio
La Sijin de la Policía Metropolitana esclareció que tres crímenes que estremecieron el año pasado en Piedecuesta, relacionados con el microtráfico, ocurrieron cerca a los lugares donde ‘Los Garroteros’ tenían el mando del negocio.
Doble asesinato en El Guamo
El 31 de mayo de 2021, Juan Felipe Picó Flórez, de 24 años y Fabio Andrés Misath Peña, de 31, fueron asesinados a tiros frente a la estación de Transpiedecuesta.
Sicariaron a dos trabajadoras sexuales
Ese mismo 31 de mayo de 2021, Piedecuesta se sumió en un baño de sangre.
Nahiyibeth Anais Silva González, de nacionalidad venezolana y Yasseny Karina Urdaneta Fernández, colombiana fueron baleadas por sicarios en el sector de La Españolita.
En el atentado los tiros alcanzaron al taxista que las transportaba, Julián Andrés Serrano. Solo Nahiyibeth sobrevivió.