Música, lucha ambiental y un cuidado de la niñez son los elementos de este colectivo piedecuestano, que, desinteresadamente quiere contribuir socialmente a este municipio y a aquellas veredas alejadas y olvidadas por las instituciones.
Desde el 2013, le han apostado a crear una identidad ‘garrotera’, a través de un ritmo musical propio.
“Hicimos un proyecto investigativo para buscar un ritmo que rescatara lo que es ser garrotero, por eso nuestra música es una Cumbia Garrotera”, explicó Sandra Martínez, miembro de la agrupación.
Su identidad Piedecuestana los hizo adjudicarse el nombre del colectivo ‘La Panela’, por aquella tradición de los trapiches que por muchos años fue una de las actividades económicas principales del municipio, y que justo ahora, atraviesa una de sus mayores crisis.
Para Martínez, la motivación de crear un grupo de impacto social, nació por la necesidad de fomentar la escena cultural en el municipio.
“Queríamos desarrollar un trabajo cultural con niños y niñas de barrio”, agregó.
Es por esto, que este colectivo lleva cine a aquellas veredas lejanas del municipio, en donde los más pequeños no han tenido la posibilidad de ver una película en pantalla grande.
También colaboran con más agrupaciones para suministrar a estudiantes elementos importantes para su desplazamiento a clase, como los zapatos.
La lucha medioambiental
Aparte de la contribución con la niñez, este colectivo ha propiciado la educación ambiental en los barrios de Piedecuesta, enseñando a la población a ahorrar sus residuos orgánicos y convertirlos en compostaje.
“Hemos visto que la gente mayor se integra más con estas actividades ambientales, tienen mucho conocimiento. Nosotros traemos los elementos, pero ellos son los que desarrollan estas actividades con sus tips”, agregó Javier Muñoz, líder ambiental del colectivo.
Su labor no tiene límites de territorio, cualquier lucha sincera los motivará a aportar la fuerza de ‘La Panela’.