Los días pasan y la zozobra crece para la familia Rodríguez Ochoa. No han recibido ninguna noticia de Víctor Julio, quien fue sacado a la fuerza de su finca en la vereda Quebraditas, corregimiento Santa Cruz de la Colina, en Matanza.
A un día de cumplir un año de su secuestro, sus allegados piden a las autoridades que avancen en la investigación, que “por favor lo traigan de vuelta a la libertad”. Siguen con el “corazón en la mano”, pues no saben si continúa con vida o cuál es su estado de salud.
“Hay silencio total, no sabemos nada. No sabemos si están investigando. La angustia de todos los días es terrible. Es una tortura, no sabemos cómo esas personas que se lo llevaron pueden seguir con ese cargo de conciencia. No somos una familia adinerada y aún no entendemos por qué lo mantienen privado de la libertad”, manifestó con su voz entrecortada Vilma Ochoa, esposa de Víctor Julio con quien en septiembre del año pasado, desde la distancia, cumplieron 42 años de casados.
Ella junto a sus tres hijos y siete nietos esperan pacientemente y no se dan por vencidos. Anhelan reunirse pronto con el ‘jefe de la casa’.
“Las autoridades lo único que nos dicen es que si tenemos más información que podamos aportar, pero ya dijimos todo, no sabemos nada más. Es muy triste, porque llegó la fecha de aniversario y no estaba, en Navidad tampoco y no pudimos celebrarle los 65 años de vida en febrero”, expresó la mujer.
Recordar lo que ocurrió la noche del 21 de julio de 2021 es agobiante. “Víctor se encontraba en su parcela acompañado por su esposa y su cuñado. Acababan de cenar y se disponían a descansar cuando sus perras comenzaron a ladrar. Avisaban de una presencia extraña en el predio.
“Pensamos que era un fara, mi hermano salió y dejó la puerta abierta; en ese momento entró un hombre y lo encañonó. El grito fue tan terrible que nosotros salimos asustados. Fue cuando vimos a esos tipos en la casa. Fue terrible, tenían tapabocas y cachuchas. Nos encerraron en un cuarto (Vilma y su hermano) y nos pidieron que no hiciéramos nada. Eso fue como a las 7:30 de la noche. Salimos como a medianoche, pero se habían llevado a mi esposo”.
Relató que durante el violento hecho, ella repetía una y otra vez que no se lo llevaran, que no tenían dinero, que estaban equivocados. Uno de los hombres me dijo: que si había un error que mínimo en tres días Víctor estaría de regreso, pero nunca fue así”.
Desde ese momento le perdió la pista a su amado. Ocho días después recibieron una llamada esperanzadora. “Nos pedían mucho dinero por su libertad, dijimos que no teníamos y que así quisiéramos, era imposible reunir todo ese monto. Mi esposo trabajó gran parte de su vida como vendedor y en ese momento se desempeñaba como conductor de transporte escolar. No entendemos por qué a nosotros”.
El supuesto extorsionista colgó y nunca más recibieron ninguna señal; sin embargo días después, las autoridades determinaron que esa comunicación había sido hecha por personas que iban detrás de una recompensa.
La tristeza que embarga a la mujer y a los tres hijos es grande. Todos temen que su salud se haya complicado, pues tendría problemas en las rodillas y sufre de depresión.
El dolor es tan grande que no volvió a su finca. Movida por el desespero, Vilma les pide a quienes hayan visto algo, que aporten información en la investigación. Cualquier dato es valioso. Para brindar información, se pueden comunicar a los números 3054715349 o al 313 2512960 de la Defensoría del Pueblo.
Investigación y recompensa
De acuerdo con la información suministrada por el Gaula Militar, la investigación avanza y va por buen camino. Se cuentan con buenas pistas y esperamos muy pronto dar buenas noticias.
La Gobernación de Santander mantiene la recompensa de hasta $40 millones por información que permita encontrar a Víctor Julio Rodríguez.
