Un nuevo caso de celos enfermizos y mal manejo de emociones en relaciones sentimentales dejó una víctima sobre la mañana de ayer en el norte de la capital. Vecinos del barrio El Codito (Usaquén) despertaron con el estruendo y el alboroto que causó una riña dentro de una vivienda. Un hombre llegó hasta el predio y enloqueció al verificar que, al parecer, quien sería su pareja se encontraba con otra persona. Luego, llegó la tragedia: el presunto amante fue asesinado y el atacante, fue capturado.
Los hechos…
Amanecía en el sector de El Mirador, en El Codito. Iban a ser las 5 de la mañana y en las escarpadas calles de la zona los primeros rayos del sol empezaban a colarse entre los callejones y las estrechas escalinatas. En una vivienda, ubicada en la Carrera 2A con Calle 185B, algo sucedía. Un hombre rondaba una casa de la que, según testigos y autoridades de la zona, vivía una mujer con la que el hombre sostuvo una relación. El hombre empezó a golpear insistentemente sin obtener respuesta. Estaba seguro de que en la casa había alguien y siguió insistiendo. Alguna señal le hizo entender que la mujer se encontraba acompañada y entonces empezó la debacle.
El enfurecido sujeto se armó de piedras y empezó a lanzarlas una tras otra rompiendo los vidrios de la casa ubicada en una angosta cuadra sobre la Carrera 2A, desde donde se puede divisar parte de la inmensidad de la ciudad. Fue entonces cuando la mujer salió para defender su vivienda y empezó una pelea que poco a poco fue escalando en sus manifestaciones de violencia.
De los gritos, los insultos, los vidrios rotos y las recriminaciones sentimentales pasaron a los caminos de sangre: cuando la mujer estaba intentando detener los ataques, el otro sujeto salió para defenderla de la furia del sujeto que le rompió los vidrios y no paraba de insultarla.
La presencia del hombre que estaba con la mujer solo alteró más al otro sujeto, que sin pensarlo dos veces sacó un arma blanca y justo en el corredor de entrada a la vivienda le propinó una certera puñalada al otro hombre a la altura del cuello. El sujeto cayó herido de muerte ante la mirada atónita de la mujer que miraba impotente cómo uno de los hombres moría prácticamente en sus manos, mientras el asesino huía por el laberinto de callejones y escaleras que a esa altura de la localidad es el barrio El Codito.
De inmediato, las autoridades fueron alertadas por el vecindario que escuchó los alaridos de horror que salían de la vivienda que en cuestión de minutos se convirtió en la escena de un crimen.
Uniformados del CAI del Codito llegaron en cuestión de minutos y tras un leve cruce de palabras con la mujer, emprendieron la búsqueda del homicida. No podía estar muy lejos. Y así fue, la persecución dio resultados y a las pocas cuadras del lugar del homicidio el asesino fue capturado.
Por otro lado, el herido murió en el lugar de los hechos por la gravedad de la herida y la escandalosa pérdida de sangre que sufrió tras el lamentable ataque. Las autoridades identificaron al occiso como Michael Ernesto Rodríguez Estevez. Tenía entre 27 y 30 años, aproximadamente.
El asesino quedó a disposición de las autoridades pertinentes que se encargarán del proceso de judicialización.