Andrés Felipe Espinosa tenía dos pequeñas hijas que eran toda su motivación, pero un infortunio le impidió seguir trabajando por ellas y por su esposa.
El hombre de 32 años sufrió un horrible accidente laboral la noche del martes, en la planta de tratamiento del Acueducto Metropolitano, donde se desempeñaba como Operador Técnico de Bombeo.
¿Qué ocurrió?
Andrés era el encargado de revisar el monitoreo de las válvulas de control de la planta por lo que un ruido extraño lo hizo acudir a revisar qué ocurría.
Al momento de manipular una de las válvulas, la fuerte presión del agua causó que saliera expulsada.
El peso de una tonelada le cayó encima a Andrés, el golpe fue suficiente para dejarlo inconsciente.
“Se inundó todo el bombeo y nadie lo veía hasta que bajaron y lo vieron con la válvula encima y él bajo el agua”, contó un testigo.
Llenos de desespero e impotencia, sus compañeros de turno notificaron la emergencia. Bomberos de Bucaramanga tuvieron que usar una grúa para mover la inmensa pieza de hierro y poder auxiliar al operario.
Pero ya nada se podía hacer por él, ingresó al Hospital del Norte sin signos vitales.
El AMB lamentó lo ocurrido
“Una vez verificamos la lamentable situación, fueron activados todos los procedimientos establecidos por la empresa para el reporte y notificación de tan doloroso suceso que hoy enluta a todos los trabajadores y a las familias Amb.
Enviamos nuestro sentimiento de solidaridad y sentidas condolencias a su esposa, hijas y demás familiares”, se lee en el comunicado público.
Un trabajo al que llegó con esmero
Andrés llevaba cerca de siete años trabajando en el Acueducto Metropolitano pero no inició como operario de la planta.
“Era relativamente nuevo. Inició barriendo el Parque del Agua y luego sí ingresó fijo a la empresa como operario. Era noble, callado y muy colaborador”, contó un allegado a la víctima.
Espinosa era profesional en electromecánica y residía en el barrio Marianela de Girón.
