No para la racha de siniestros viales en Bucaramanga y el área metropolitana.
En los últimos ocho días, cinco jóvenes han perdido la vida al accidentarse a bordo de motocicletas.
La víctima más reciente era demasiado joven. Se trata de un menor de catorce años, quien murió la noche del lunes en la autopista hacia Piedecuesta.
El estruendo que se escuchó en la carretera alertó a los conductores que se movilizaban por el sector del ICP. El chirrido de una motocicleta en descontrol los dejó despavoridos.
Aún más cuando vieron el cuerpo que permanecía inmóvil sobre el asfalto.
El rastro de sangre en el pavimento evidenciaba la tragedia. Los testigos lamentaban cómo otro joven se truncaba en un absurdo accidente de tránsito.
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¿Cómo pasó?
Aún las autoridades investigan las causas del siniestro, pero al parecer, el menor se movilizaba como parrillero en una moto de placa AIQ-06C.
Algunos testigos señalaron que los jóvenes rodaban junto con otro motorizado, conducían en exceso de velocidad, sumándole más peligro al no llevar casco de seguridad.
La aparente imprudencia fue la combinación fatal cuando la moto en la que iba el menor, colisionó contra un furgón tipo NPR de placa XMA-333.
El golpe fue contundente y los dos tripulantes salieron disparados contra el cemento.
Lo insólito del caso es que, al parecer, el conductor de la moto, al ver la fatídica consecuencia se montó a bordo de la otra máquina y se evadió del lugar.
Una unidad de criminalística de Tránsito de Piedecuesta se encargó de realizar el croquis y levantamiento de la víctima.
La devastadora noticia causó un dolor inconsolable en sus familiares, quienes residen en una vereda del municipio de Floridablanca. No hay nada que repare la perdida.