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Una explosión se llevó la vida de Édgar Moreno en Girón

Edgar Moreno Monsalve De ‘apuros’ hacía mantenimientos a tanques de combustible -dicen- sin antes desgasificarlos. Ayer no tuvo esa ‘suerte’.


En su afán por conseguir el dinero para pagar la cuota a los ‘gota a gota’ que llegaban cada día puntuales a cobrar, el soldador Édgar Moreno Monsalve, de quien decían era un “perro viejo” en el oficio, se confiaba de sus habilidades y hasta ponía en riesgo su vida.  


Desde su cabeza hasta los pies lo atrapó el fuego, dejándolo con la piel y su ropa desgarrados.


El estallido estremeció a los mecánicos que se encontraban tanto en el taller con Édgar como a los vecinos, entre ellos a sus dos hijos. Unos salieron volando y cayeron entre escombros, otros quedaron aturdidos por el impacto.


Los gritos de afuera dieron aviso de la tragedia a todo el sector, en la zona industrial de Chimitá, en Girón.
Cada minuto era desesperante, con extintores y hasta gaseosas los obreros intentaron sofocar las llamaradas.

Otros arrastraron a Édgar hacia la salida, le quitaron las botas que aún ardían, así como los guantes que dejaron al descubierto sus manos al rojo vivo.


Sus hijos, Carlos y Stiven clamaban por ayuda, no sabían qué hacer, la ambulancia no llegaba.


“Cargamos a mi compadre en mi camioneta y nos lo llevamos a la clínica, estaba muy mal pero respiraba”, relató Pedro López.

Minutos más tarde la fatídica noticia fue confirmada. Monsalve llegó al Hospital de Girón sin signos vitales. Sufrió quemaduras de tercer nivel en el 90% del cuerpo y sufrió graves hemorragias internas.


El cuerpo de Bomberos de Floridablanca llegó para terminar de extinguir el fuego.

La Policía acordonó la zona y agentes profesionales de rescate inspeccionaban que no hubiera riesgo de chispas que reiniciaran otra tragedia.


Hubo lamentos de horror y dolor entre los colegas de Édgar.

Bomberos de Floridablanca apaciguaron el fuego./ Foto: Jaime Moreno


Muchos nunca habían sido testigos de una tragedia de esa magnitud, en años laborando en el sector.
“Aquí no había mejor soldador que él, más de 20 años llevaba dedicándose a eso.


“Estaba muy endeudado, por eso recibía todo lo que llegara, uno confía en los clientes y asume que dicen la verdad, pero ese tanque tenía algún químico, esa vaina no explota así porque sí”,

alegaban mientras contaban y señalaban el tanque.


“No supe qué pasó, salí volando, pensé que había sido el cilindro pero lo que se estalló fue el tanque.“Qué embarrada lo que le pasó al hombre”, dijo Luis Duarte, uno de sus compañeros de taller.


Después del tumulto, los espectadores atónitos por lo sucedido, observaban los destrozos mientras las autoridades inspeccionaban.

Édgar Moreno era estimado por muchos mecánicos. Lamentan las duras circunstancias en que murió./ Foto: Jaime Moreno

Cuando tomaban las declaraciones del dueño de la mula, dos prestamistas sorprendidos al enterarse de lo ocurrido hicieron la llamada:


-Aló patrón, no, el hombre se mató.
Los amigos y conocidos que escucharon solo atinaron a resaltar que Édgar era un hombre trabajador que cumplía con sus obligaciones.


Llegaba siempre muy temprano y hasta la noche le daba a la soldadura, no rechazaba ningún trabajo así estuviera ‘mamado’.


La presión de las deudas lo llevaron a exponer su vida, llevado por el espíritu de responsabilidad, de hombre cumplidor con sus obligaciones; pero los ‘gota a gota’ llegaron tarde…

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