Juan Fernando Petro se contactó con políticos presos en La Picota como Manuel Carebilla (exgobernador de Amazonas), Jimmy Díaz Burbano (exgobernador de Putumayo), Óscar Rodríguez y Javier Zapata (exgobernadores de Guainía), y este miércoles trascendió que también se habría relacionado con el exgobernador de San Andrés, Ronald Housini Jaller y el exsenador Álvaro García Romero, condenado por la Masacre de Macayepo.
El informe periodístico de Caracol señala que el hermano de Petro se reunió con estos condenados el pasado viernes 8 de abril en una cocineta del pabellón sur de la cárce La Picota. Juan Fernando ingresó hacia las 9:26 de la mañana y su visita en ese centro penitenciario se prolongó por seis horas.
Entre los testimonios recopilados por Caracol se destaca que el exsenador Iván Moreno y Juan Fernando Petro tuvieron la oportunidad de reunirse en privado. En este punto, incluso, el condenado Moreno habría llorado porque consideró “injusta” su condena de 14 años en prisión.
Entre lo recopilado también se dice que en la reunión se habló de una posible reforma a la justicia que volviera más blandas las condenas a los corruptos.
“Les estaban ofreciendo una reforma a la justicia del 20 %, y cerrar los jueces de ejecución de penas”, dijo uno de los testigos a ese medio de comunicación.
Se desató tormenta política
En la mañana de este miércoles Gustavo Petro se vio obligado a salirle al paso a las críticas que se ganó por considerar “perdón social” de parte del Estado colombiano a políticos corruptos como Iván Moreno Rojas, condenado por el carrusel de la contratación en Bogotá, con quien se contactó por medio de su hermano Juan Fernando Petro, quien fue a La Picota y cumplió el papel de emisario entre el candidato y el condenado exsenador.
En medio de su correría política en Sincelejo, Sucre, el candidato del Pacto Histórico se echó para atrás en su disposición por brindarle perdón a los corruptos que se encuentran recluidos y aclaró que su iniciativa no se basa en sacarlos de los penales ni rebajarles sus penas, pues su acercamiento a Moreno Rojas levantó suspicacias por un posible acuerdo electoral de cara a la primera vuelta presidencial.
Los también candidatos presidenciales Federico Gutiérrez, Sergio Fajardo, Rodolfo Hernández e Íngrid Betancourt le salieron al paso a esta controvertida propuesta del aspirante de izquierda, y rechazaron que un aspirante considere perdonar a corruptos condenados que se encuentran en las cárceles.
Al abrirle la puerta al diálogo con quienes desfalcaron las arcas del Estado con actos corruptos y ofrecerles perdón –sin aclarar si es a cambio de sus votos–, Gustavo Petro se enfrentó a una serie de ataques políticos que no lo favorecen en plena contienda electoral de cara a la primera vuelta del 29 de mayo.
El primero en hostigarlo fue Gutiérrez, quien viralizó un video (ver Protagonista) en el que le recriminó a Petro que busque alianzas en las cárceles con políticos corruptos. Por su parte, Fajardo también aprovechó la salida en falso y planteó que la corrupción necesita “sanción social, no perdón”.
Hernández lanzó una pulla asegurando que “el perdón se gana, no se regala”, mientras que Betancourt fue más allá y dijo que Petro está usando el concepto de “perdón social” como una artimaña para comprar votos a cambio de impunidad. “El perdón social es una argucia para comprarle votos a los corruptos, a cambio de impunidad. Es lo que llamamos venderle el alma al diablo”, cuestionó la candidata.
Las explicaciones de Petro
Es un rápido cambio de postura el candidato de la izquierda se echó para atrás y transformó su discurso para asegurar que la corrupción es la “ruptura” del perdón, después de aceptar acercamientos con personajes como Moreno Rojas, condenado a 14 años de cárcel por su papel dentro del carrusel de la contratación, y con el exsenador del Partido de la U, Martín Morales, quien fue condenado a 25 años de cárcel por sus nexos con las extintas Autodefensas Unidas de Colombia.
“¿El significado del ‘perdón social’ es que los corruptos salen de la cárcel o se les rebaja las penas? Para nada, al contrario el ‘perdón social’ implica que todos los corruptos vayan a la cárcel sin excepción, y paguen sus penas”, apuntó Petro.
El candidato del Pacto Histórico además utilizó todo tipo de recursos para tratar de desvincularse del acercamiento con los políticos corruptos y aseguró que su hermano fue por su cuenta –y supuestamente no enviado por él– porque hace parte de una “comisión intereclesial de Justicia y Paz” que, según él, tiene 29 años de actividad en el país.
“Yo no mandé a hablar a nadie con Iván Moreno Rojas. Son los presos que pidieron hablar con la comisión intereclesial de Justicia y Paz. Ni se me pasó por la cabeza eso (…) Los presos de Colombia sí están interesados en un proceso de perdón social que nada tiene que ver con indultos o cosas similares”, apuntó Petro.
