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Avanza reunión entre Iván Duque y Joe Biden

El encuentro entre Joe Biden e Iván Duque en la Casa Blanca tiene una coyuntura insospechada: el acercamiento entre el presidente de Estados Unidos y el de Venezuela, Nicolás Maduro.

Colombia desconoció al gobierno bolivariano en enero de 2019, justo después de que la Casa Blanca tomara ese misma determinación, pero tres años después Biden cambia el relato de su antecesor Donald Trump y se abre el interrogante: ¿la administración Duque también tendrá que reconocer al régimen?

Ya varios latinomericanos dieron el paso de bajar las tensiones con Venezuela –Argentina, Bolivia y Perú son unos de estos– mientras Estados Unidos parece ir en esa dirección. Y la administración Duque queda en el medio de la puja sobre ese reconocimiento.

Cumbre en la guerra

La invasión de Rusia a Ucrania y el encuentro de emisarios de Biden con representantes de Venezuela precipitaron la cita entre los mandatarios, una reunión que Duque venía buscando desde hace más de un año.

“Los gestos exagerados de apoyo a la OTAN y los intentos por colocar la situación colombovenezolana en medio de la crisis en Ucrania (que es de por si una estrategia peligrosa y torpe) permitieron concretar la visita”, apunta Arlene Tickner, profesora de relaciones internacionales de la Universidad del Rosario.

Tickner, sin embargo, ve poco probable que después de esta asamblea se dé un reconocimiento a Maduro como presidente legítimo de Venezuela, tras tres años de un relato orquestado desde la Casa de Nariño que lo perfiló como el dictador de Latinoamérica.

Reunirse con Biden en la Casa Blanca era un objetivo que Duque se había trazado en su agenda exterior, pero la relación diplomática estuvo manchada por los comentarios sobre política interna estadounidense de militantes del Centro Democrático, el partido de Gobierno, quienes apoyaron a Donald Trump en su fallido intento de reelegirse.

De ahí que en los últimos 14 meses la comunicación Bogotá – Washington dejó interrogantes. Incluso, en diciembre la vicepresidenta y canciller, Marta Lucía Ramírez, afirmó que Biden visitaría Cartagena para la cumbre de la Alianza del Pacífico, y la Casa Blanca terminó desmintiendo esa versión.

No hay que olvidar que Duque visitó Washington en octubre, pero Biden no lo recibió en el Despacho Oval. Luego, en noviembre, su acercamiento se resumió en un choque de puños en el marco de la COP 26, en Escocia.

Coletazo ruso

Duque llega a EE.UU. cuatro días después de la reunión de delegados de ese país con representantes del régimen de Maduro en Caracas, que abrió la puerta a que se reactiven los nexos comerciales entre ambos, rotos desde hace 38 meses por las sanciones contra el gobierno venezolano.

El torpe giro en las relaciones está impulsado por temas geopolíticos y ya da sus frutos. Venezuela liberó a dos estadounidenses que estaban presos en Caracas, Jorge Alberto Fernández y Gustavo Cárdenas, este último exdirectivo de la empresa Citgo.

Estados Unidos y Reino Unido bloquearon la compra de petróleo de Rusia para castigar a Vladimir Putin por la incursión militar en Ucrania, y ahora necesitan proveedores para satisfacer su demanda. Ahí entra Venezuela en escena, con una infraestructura petrolera en decadencia, pero las reservas necesarias para suplir la demanda.

Ya en el ambiente se sentía que la retórica de aislar a Maduro, tratar los asuntos de Estado con Guaidó y no conversar con el gobierno del país vecino estaba agotándose, incluso senadores demócratas reclamaron comenzar las conversaciones, pero la guerra en Ucrania precipitó ese desenlace y la administración Duque quedó en medio de las nuevas pretensiones de la Casa Blanca.

Colombia es el territorio de Latinoamérica más cercano a Estados Unidos, el aliado del patio trasero que siempre ha seguido sus órdenes. Asimismo, es el que comparte la frontera terrestre más amplia con Venezuela, de 2.219 kilómetros, y el principal receptor de la migración procedente de ese país.

Además de la atención a los venezolanos, los otros temas de la agenda son la defensa de la democracia, el narcotráfico, el cambio climático, la transición energética, la reactivación económica, el apoyo al proyecto Paz con Legalidad, el comercio y la inversión.

La cita entre los presidentes durará una hora y hacia las 3 de la tarde habrá una declaración conjunta desde los jardines de la Casa Blanca.

Duque estuvo en ese lugar en febrero de 2019 cuando se reunió con el republicano Donald Trump, y repite escena con Biden, quien solo aceptó encontrarse con él en medio de una guerra en Europa que deja sus coletazos en Latinoamérica

Colombia desconoció al gobierno bolivariano en enero de 2019, justo después de que la Casa Blanca tomara ese misma determinación, pero tres años después Biden cambia el relato de su antecesor Donald Trump y se abre el interrogante: ¿la administración Duque también tendrá que reconocer al régimen?

Ya varios latinomericanos dieron el paso de bajar las tensiones con Venezuela –Argentina, Bolivia y Perú son unos de estos– mientras Estados Unidos parece ir en esa dirección. Y la administración Duque queda en el medio de la puja sobre ese reconocimiento.

Cumbre en la guerra

La invasión de Rusia a Ucrania y el encuentro de emisarios de Biden con representantes de Venezuela precipitaron la cita entre los mandatarios, una reunión que Duque venía buscando desde hace más de un año.

“Los gestos exagerados de apoyo a la OTAN y los intentos por colocar la situación colombovenezolana en medio de la crisis en Ucrania (que es de por si una estrategia peligrosa y torpe) permitieron concretar la visita”, apunta Arlene Tickner, profesora de relaciones internacionales de la Universidad del Rosario.

Tickner, sin embargo, ve poco probable que después de esta asamblea se dé un reconocimiento a Maduro como presidente legítimo de Venezuela, tras tres años de un relato orquestado desde la Casa de Nariño que lo perfiló como el dictador de Latinoamérica.

Reunirse con Biden en la Casa Blanca era un objetivo que Duque se había trazado en su agenda exterior, pero la relación diplomática estuvo manchada por los comentarios sobre política interna estadounidense de militantes del Centro Democrático, el partido de Gobierno, quienes apoyaron a Donald Trump en su fallido intento de reelegirse.

De ahí que en los últimos 14 meses la comunicación Bogotá – Washington dejó interrogantes. Incluso, en diciembre la vicepresidenta y canciller, Marta Lucía Ramírez, afirmó que Biden visitaría Cartagena para la cumbre de la Alianza del Pacífico, y la Casa Blanca terminó desmintiendo esa versión.

No hay que olvidar que Duque visitó Washington en octubre, pero Biden no lo recibió en el Despacho Oval. Luego, en noviembre, su acercamiento se resumió en un choque de puños en el marco de la COP 26, en Escocia.

Coletazo ruso

Duque llega a EE.UU. cuatro días después de la reunión de delegados de ese país con representantes del régimen de Maduro en Caracas, que abrió la puerta a que se reactiven los nexos comerciales entre ambos, rotos desde hace 38 meses por las sanciones contra el gobierno venezolano.

El torpe giro en las relaciones está impulsado por temas geopolíticos y ya da sus frutos. Venezuela liberó a dos estadounidenses que estaban presos en Caracas, Jorge Alberto Fernández y Gustavo Cárdenas, este último exdirectivo de la empresa Citgo.

Estados Unidos y Reino Unido bloquearon la compra de petróleo de Rusia para castigar a Vladimir Putin por la incursión militar en Ucrania, y ahora necesitan proveedores para satisfacer su demanda. Ahí entra Venezuela en escena, con una infraestructura petrolera en decadencia, pero las reservas necesarias para suplir la demanda.

Ya en el ambiente se sentía que la retórica de aislar a Maduro, tratar los asuntos de Estado con Guaidó y no conversar con el gobierno del país vecino estaba agotándose, incluso senadores demócratas reclamaron comenzar las conversaciones, pero la guerra en Ucrania precipitó ese desenlace y la administración Duque quedó en medio de las nuevas pretensiones de la Casa Blanca.

Colombia es el territorio de Latinoamérica más cercano a Estados Unidos, el aliado del patio trasero que siempre ha seguido sus órdenes. Asimismo, es el que comparte la frontera terrestre más amplia con Venezuela, de 2.219 kilómetros, y el principal receptor de la migración procedente de ese país.

Además de la atención a los venezolanos, los otros temas de la agenda son la defensa de la democracia, el narcotráfico, el cambio climático, la transición energética, la reactivación económica, el apoyo al proyecto Paz con Legalidad, el comercio y la inversión.

La cita entre los presidentes durará una hora y hacia las 3 de la tarde habrá una declaración conjunta desde los jardines de la Casa Blanca.

Duque estuvo en ese lugar en febrero de 2019 cuando se reunió con el republicano Donald Trump, y repite escena con Biden, quien solo aceptó encontrarse con él en medio de una guerra en Europa que deja sus coletazos en Latinoamérica

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