En dos ocasiones la vida de Pedro José Martínez estuvo a punto de acabar a mano de matones contratados para ajustar cuentas por rencillas, al parecer, originadas en una herencia. Pero el domingo en la tarde quisieron hacer de la tercera la vencida.
Pedro salió a hacer mercado el domingo sin saber que lo tenían vigilado. Dos sujetos en moto le seguían los pasos de manera sigilosa cuando caminaba de regreso con dos bolsas plásticas en sus manos.
Retumbaron balas en Hoyo Grande
Cuando Martínez iba por la carrera 6 con calle 16, los sicarios accionaron sus armas y le dispararon en cuatro ocasiones. Dos tiros lo hicieron caer bocabajo en el estrecho andén del sector.
La camiseta azul que llevaba puesta quedó empapada con la sangre que desbordaba de su cabeza y rostro. Vestía bermuda y botines.
Aprovechando el horror suscitado, los criminales aceleraron y huyeron.
Despavoridos, algunos testigos recobraron el aliento y se le acercaron. Aún respiraba.
Pedro fue rescatado de urgencias en una ambulancia para conducirlo al HIC de Piedecuesta.
Las balas lo impactaron en la cabeza y el rostro, sobrevivió de ‘milagro’ pero su estado de salud es crítico.
Luego, funcionarios del CTI acudieron para recopilar pruebas sobre el sangriento ataque.
Los primeros rumores que corrieron entre los curiosos que rodearon la escena, fue que al parecer el atentado sería un presunto ajuste por microtráfico, pero esa versión fue descartada.
A Pedro ‘la muerte’ lo ha perseguido en tres oportunidades. Esta vez, casi logran su cometido.
