Aún no eran las 10:00 de la mañana este miércoles y por la carrera 15 entre calles 50A y 51 alcanzaron a ver cómo dos sujetos a bordo de una motocicleta intentaban escapar luego de atacar a uno de los habitantes.
“Los ‘manes’ le robaron un celular y le cortaron la mano al señor. Por eso empezaron la gritería”, narró uno de los testigos.
Todo parecía perdido para los indignados ciudadanos, “pero cuando (los fugitivos) iban a dar la vuelta, un muchacho que los venía persiguiendo los alcanzó a agarrar por la parte de atrás de la moto y los tumbo. ¡Les dieron ‘paloterapia!”.
En el suelo estaban los tres: el parrillero, el conductor y la máquina, uno a un par de metros del otro siendo apaleados por la comunidad, que les quitó el cuchillo que llevaban.
Patadas, puños y hasta varillazos les dieron a ambos sujetos, que no pasarían de los 30 años, mientras rogaban con gemidos casi de niños: “¡No más, no lo quería hacer, pero no más!”.
Las plegarias momentáneas – motivadas más por el dolor que por la conciencia – enojaban más a los vecinos, quienes se ensañaron en su ardor con el vehículo de dos ruedas, que terminó envuelto en llamas.
“Lo dejaron hasta las cenizas, de esa moto solo quedó el chasis y eso porque el Cuerpo de Bomberos vino para apagarla”, recordó el testigo.
En el lugar también quedaron unos tenis con manchas de sangre, que dejó alguno de los delincuentes después de la paliza.
La arremetida de la ciudadanía se detuvo cuando llegó la Policía Metropolitana para esposar a los sujetos y subirlos a una camioneta oficial rumbo al calabozo.