Le contó a su familia que temía, pero el ‘miedo’ quedó ahí, se fue evaporando.
Siguió trabajando en su Mazda Rojo 323 de placas BUH-249, dedicado al comercio informal, vendiendo aguacates y frutas en el barrio Lagos I de Floridablanca. Ayer al mediodía dos sicarios le confirmaron que era en serio.
Justo allí recibió tres disparos a quemarropa que minutos más tarde le cobraron la vida en la Clínica Guane.
El pavor se desató a las 12:15. No llevaba más de 10 minutos parqueado en la esquina de la calle 29 con carrera 31. Llegó a vender su ‘mercadito’.
‘El flaco’, su parcero, quien cuida carros en aquella asfixiante cuadra, lo acababa de saludar, cruzó la calle a unos cinco pasos, cuando los tiros lo sobresaltaron.
dijo el ‘parcero’
“Aquí había un poco de carros parqueados y todos salieron ‘pitados’ con la plomacera”.
Maykol estaba en la puerta del lado del copiloto, bajando su mochila, cuando fue acorralado por un sicario que haló el gatillo sin contemplación, hasta que lo vio agonizando.
Así como se espantaron,los chismosos retornaron casi de inmediato. Conviertieron aquel escenario de dolor en una platea sedienta de sangre, de espectadores que querían ver, que indagaban de manera burda:
“¿qué pasó, muñeco?; ¿está ahí, dónde está…? ¡Se lo llevaron, se lo llevaron… pero qué, se murió o no?”
“¡Pues claro, por qué cree que están ahí los del CTI…!
Maykol alcanzó a mover una de sus piernas en un rictus mortal.
“Al ver que nadie lo ayudaba, lo levanté y me lo llevé en un taxi hasta la clínica, todavía respiraba” dijo un testigo. Pero nada pudieron hacer, ingresó sin signos vitales.
El CTI inspeccionó el lugar, hasta que llegaron el padrastro y una hermana de Maykol. Ellos contaron que había salido temprano de la casa y lo esperaban para almorzar.
“Tenía problemas desde que estuvo en la cárcel, un día llegó asustado porque un tipo en una camioneta lo llamó y le dijo: ‘móntese que lo voy a matar’. Pero él salió corriendo” contó Liliana Benítez, su hermana. Pero este jueves no le dieron tiempo de nada.
El CTI no encontró la tarjeta de propiedad del Mazda de Maykol.
Su familia manifestó que al centro asistencial llegó solo con su billetera, la tenía en el bolsillo del pantalón, pero la mochila donde tenía su celular y sus documentos desaparecieron.
Según contó a Q’hubo un conocido de Maykol, él le compró el carro a un sujeto en Lebrija en enero, estaba “afanado” por solucionar unos comparendos de tránsito para poder tramitar el documento de compraventa.
El vehículo fue incautado y llevado a un parqueadero mientras se esclarece si figuraba o no a nombre de Maykol.