Desde que se lanzó el tráiler del más reciente estreno de Disney, Encanto, la emoción se ha tomado a los colombianos, precisamente a los santandereanos y veleños pues el atuendo que viste Mirabel Madrigal, la protagonista de la película, corresponde al traje típico de Vélez.
No obstante, un grupo de bordadoras han demostrado preocupación por esta aparición, pues si bien es una oportunidad para resaltar a las artesanas, aseguran que no es auténtico.
Ana María Rincón Castañeda, quien lleva siete años dedicándose al bordado, es una de las más de 15 mujeres que han hablado al respecto y dedicado parte de su vida al bordado de estos trajes, pues manifestó que tienen diferentes inquietudes sobre la popularidad que ha tomado el vestuario de Mirabel.
Desde antes del estreno de la ahora reconocida película de Disney, las artesanas mantienen la expectativa de que sea reconocido su trabajo que por más de 80 años han transmitido de generación en generación de forma artesanal, sin la intervención de terceros ni intermediarios.
Cuenta que entre las grandes preocupaciones está que se pierda la identidad de Vélez con la alteración de la autenticidad del traje típico. asegura que el que aparece en la película no es más que una inspiración del real.
“El traje típico veleño es diferente. La falda original es prensada con el ramo al frente. La blusa en la película solo mantiene el borde negro de las golas, porque lo que va al rededor del cuello no va bordado», aclaró la artesana.
Rincón explica también que la blusa suele ser blanca, el largo de las mangas se extiende hasta los codos y sus golas redondas alrededor del cuello y los hombros. También se usan otros colores en satín, como rojo, azul, verde, fucsia, amarillo, entre otros.
La falda es principalmente negra, con prensado ancho o plisado, pero puede ser de colores sobrios como azul, verde o vinotinto. Por otro lado, se usa una gargantilla especial.
Y muchas manos pasan por la elaboración del traje, pues hay una encargada para cada parte de este: el diseño, el corte de tela, la modistería, la plisada de la falda, los bordados a mano, y detalles finales. Además, temen que estas prendas sean comercializadas por grandes industrias que ofrezcan trajes estampados, pintados o bordados con máquina, pues la confección de este es completamente a mano.
La idea es que este atuendo no sea una mercancía que se venda en cualquier establecimiento, dice Rincón, pues de esa forma se estaría engañando al cliente. “No queremos que las empresas lo usen como un negocio porque pueden terminar destruyendo este patrimonio de la comunidad, porque es la bandera que representa nuestro municipio pues ya goza de un reconocimiento exterior”, agregó.
Desde agosto las bordadoras del municipio han sostenido reuniones en las que han dado a conocer estas opiniones. Por ello, ahora están en la tarea de generar pedagogía para que las personas respeten y tengan presente la importancia que tiene este traje para la comunidad.
Hasta el momento no se cuenta con un acuerdo municipal que proteja el traje típico de Vélez.
