Amarrados, amordazados, con signos de tortura e incinerados, fueron hallados dos cuerpos a un costado de la vía que comunica a Ocaña con el corregimiento de Aguas Claras, cerca de la vereda Chircas.
Guerrero y Amaya eran cuñados. La última vez que los vieron con vida, departían con amigos en el sector conocido como El Limón, en la vía que conduce de Ocaña hacia el corregimiento de Aguas Claras y hombres armados se los llevaron con rumbo desconocido.
Los familiares habían hecho pública su desaparición, y hoy no se explican porqué fueron asesinados con tanta brutalidad.
Las víctimas fueron halladas por la comunidad del sector conocido como los Mangos. Los cuerpos fueron presuntamente puestos en costales de fibra, amarrados, rociados con un líquido inflamable y quemados.
Las autoridades se hicieron presentes en el sitio para hacer las diligencias de levantamiento de los cadáveres y el respectivo traslado hacia la morgue de Ocaña.
Por otra parte, hay gran preocupación de las distintas comunidades, por el aumento de asesinatos y violencia por este sector, hacen un llamado a las autoridades para que hagan presencia y eviten que estos hechos sigan ocurriendo.
Los móviles y autores de este aberrante hecho son materia de investigación por parte de las autoridades judiciales.
