El jugador iba en su moto y tras estrellarse contra un caballo perdió la vida.
Gran tristeza causó este hecho entre sus compañeros, quienes decidieron hacerle un extraño homenaje, pues llevaron a la cancha su cadáver en el féretro con los colores del equipo, amarillos y rojo, y allí lo pusieron junto al arco donde solía tapar, para cobrarle penaltis. ¿Ah, qué tal?