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Luis Arley enfrentó a sus ‘fantasmas’, pero al final murió ahogado en Santander

Luis Arley Villamizar fue habitante de calle e inevitablemente se convirtió en consumidor de alucinógenos. Se rehabilitó, se dedicaba a vender maní en las calles, se casó y tenía una hija.

Una labor maratónica realizaron los organismos de socorro para buscar a Luis Arley Villamizar, de 42 años, quien cayó de manera accidental al río Suratá, en el kilómetro 8, vía a Matanza. Fue arrastrado por el caudal hasta que flotó en la vereda Bocas, de Girón. Allí lo divisaron los areneros ayer en la mañana.
Luis Arley era un interno de la fundación Shalom – Casa de Paz, del norte de Bucaramanga. Tenía problemas de drogadicción, pero tenía toda la voluntad para luchar contra sus ‘fantasmas’.
Hacía 5 años había salido de la misma institución luego de superar su ‘enfermedad’, pero, este año recayó.
En junio pidió ayuda y desde entonces se encontraba interno. Desempeñaba diferentes funciones, se caracterizaba por ser muy colaborador y servicial, pero en una de las labores de la cocina encontró la ‘desgracia’.
“Salió con otro compañero a buscar leña para la sopa y cruzaron el río por un puente hechizo. Llevaba un bulto de leña encima y cuando regresaba por el mismo puente se desestabilizó y cayó al agua. Me avisaron y comencé a recorrer el río, a gritar, pero no se pudo hacer nada”, narró Gerson Galindo, representante de Shalom.
El caso fue reportado ante las autoridades. Bomberos y la Policía de rescate recorrieron el afluente hídrico hasta que oscureció, pero no lo encontraron. A primera hora retomaron la búsqueda con el apoyo de la Defensa Civil.
Horas más tarde fueron notificados de un hallazgo en Girón.

Un cuerpo que tendría las mismas características de Luis Arley, quien no pudo reencontrarse con su familia.

Un hombre carismático
Luis Arley Villamizar fue habitante de calle e inevitablemente se convirtió en consumidor de alucinógenos.
Hace algunos años tocó las puertas de Shalom para ‘enderezar’ su vida.
Superó su ansiedad y cumplió con todo el tratamiento. Salió y retomó su vida. Se dedicaba a vender maní en las calles, se casó y tenía una hija. Pero su destino lo volvió a traicionar; recayó a comienzos de 2021; sin embargo, solo 6 meses después, aceptó internarse.
“Era muy colaborador y buen muchacho” , reiteró Gerson Galindo, vocero de Shalom.

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