Las adversidades nunca han sido un obstáculo para Carmen Pabón Vera, quien desde que su padre murió, cuando apenas cursaba octavo de bachillerato, empezó a trabajar para algún día cumplir su sueño de ser abogada.
Tuvo que pasar más de medio siglo, para que viera ese anhelado cartón en sus manos y poder colgarlo en la sala de su casa como un gran tesoro, pues finalmente, la semana pasada, la UniRemington le concedió el sueño, gracias a su juicio y dedicación.
“Mi sueño era seguir adelante, ingresé al colegio Nuestra Señora del Pilar, terminé mi bachillerato comercial y desde ahí quería ser abogada, pero no fue posible porque mi mamá no tenía suficientes recursos.
Lea también: Sacerdote santandereano fue condecorado en EE.UU. por apoyo a migrantes hispanos
“A mí me tocó estudiar y trabajar… Yo dije, “no puedo quedarme sin trabajo” y por fortuna fui muy activa y con grandes ideales, me presenté a la Secretaría de Educación, en ese tiempo no era tan difícil ingresar al Magisterio y pude ser docente”, contó.
Trabajó en un pueblo como docente, luego estudió y se graduó en ciencias de la educación en la Universidad Haveriana, gracias a un proyecto educativo que impulsó Luis Carlos Galán para los pobres y luego hizo dos especializaciones en orientación.
Mejor dicho, Carmen toda su vida se ha preparado ‘más que un yogur’, porque nunca ha dejado de sentir en su corazón, que puede cumplir todos los sueños que se proponga.
Y eso, junto con la ayuda de amigos o ‘angeles de vida’ como los llama, fueron el impulso para empezar de nuevo hace 5 años y estudiar derecho.
Ingresó a Uniciencias con miedo, pero convenció a su hija para que estudiara con ella, conoció a un gran docente y él la animó para seguir adelante, pero los costos no daban y después empesó en la UniRemington donde tuvo gran acogida.
Lea también: Lo mataron en el norte de Bucaramanga al reclamar por el robo de una gorra
“La calidad humana de esta universidad me hizo quedarme y ya gracias a Dios tuve mi grado y me gradué con honores, no perdí nada ni habilité.
“Yo me siento feliz, realizada, tengo una gran dicha en el corazón y siento que Dios está conmigo y él me dio esta oportunidad tan grande… Si él me dice que viene por mí, me voy muy tranquila, pues el conocimiento da alegría”, puntualizó.
Orgullo de la casa y de la ‘uni’
Óscar Plata, réctor de la universidad, precisó que Carmen fue excelente estudiante y siempre se destacó.
Para Mildonia, su hija, la experiencia de estudiar con su mamá, aunque dura, fue gratificante.
“Mi mami en la familia es un gran valuarte, es la señora pujante que nos da ánimo y siempre nos ayuda para estudiar”, precisó.