A falta de un mes para que se cumpla la fecha de entrega de construcción de la primera fase del Hospital Regional de San Gil, la Gobernación de Santander informó que se darán seis meses más al contratista para que culminen los trabajos.
Desde hace varios meses se venía hablando de la necesidad de una prórroga, debido a los múltiples problemas que ha tenido la empresa Unión Temporal AS para la ejecución del proceso, la mayoría de ellos relacionados con los suelos y el clima.
Desde la compañía se habría anunciado que la extensión mínima necesaria sería de tres meses y las partes alcanzaron a plantear un periodo de nueve meses, que se redujo al final a seis.
El proyecto que presenta un avance del 40 % y tiene una inversión de $24.000 millones.
Según el nuevo cronograma, la finalización y entrega de la construcción en obra negra se haría en mayo de 2022, que desde ya supondría un problema en el planteamiento inicial y en el objetivo de la administración departamental, de entregar la nueva sede del hospital antes de finalizar 2023.
La meta inicial de las autoridades era que esta fase culminara en noviembre próximo, para luego iniciar los procesos para la contratación de la segunda y tercera fase, para las que ya hay $25.000 millones y cuyas obras durarían por lo menos 18 meses.
Hermes Ortiz Rodríguez, alcalde de San Gil, planteó dos necesidades en este nuevo escenario, para garantizar la continuidad de la obra con fluidez.
La primera es que desde la Secretaría de Infraestructura de Santander se avance en el proceso de gestión y licitación del proyecto de la segunda fase mientras se termina el primero.
La idea del mandatario es que cuando termine esa primera parte de la obra, se pueda iniciar casi que al tiempo la segunda.
El temor de que no se haga de esta manera es que el segundo semestre de 2022 se pueda pasar en temas licitación y contratación, por lo que el proyecto podría durar parado varios meses y los tiempos no cuadrarían para finalizar el hospital completo en 2023, como todos esperan.
El otro punto planteado por el alcalde es la importancia de garantizar los recursos para la interventoría de la primera fase, que también deberá ser extendida seis meses. Sin eso, el proyecto quedaría paralizado.