Se trata de Sparklife, la primera criptomoneda paisa. A ojos de sus creadores, aunque es pionera en Antioquia, también lo es en el país.
Y es que, pese a que ya ha habido registros de criptos creadas en Colombia, los cerebros detrás de Sparklife dicen que su emprendimiento no es experimental, sino que tiene todo un ecosistema alrededor para poder funcionar.
Jaime Posada y Camilo Villa son dos de esos cerebros, quienes desde hace cinco años se involucraron en el mundo de los criptoactivos y desde hace dos trazaron la ruta para lanzar al mercado su propia iniciativa, que se transa en la plataforma PancakeSwap.
“Sparklife está respaldada en cinco pilares: solidaridad, salud, tecnología, ciencia, finanzas”, dice Villa, quien además cuenta que lanzarán 10.000 millones de criptomonedas, pero el proceso será gradual para no afectar el mercado. Así, inicialmente se han emitido 112 millones y el próximo objetivo es poner en el mercado el 75% de todo el supply (suministro) del proyecto.
Ahondando en el respaldo que tiene la divisa los emprendedores destacan que hay una investigación para desarrollar un tratamiento paliativo para las secuelas de la COVID-19, la cual se oferta como posibilidad de inversión en el mundo cripto.
Explican que, como en todo, la demanda y la oferta son las que definen que su moneda suba o baje de valor, aunque no quieren que Sparklife se reconozca exclusivamente como cripto, pues también tienen la mira puesta en lo que denominan “sistemas descentralizados de financiamiento”.
“Cualquier persona con un poco de conocimiento en programación puede crear criptos. Pero nosotros queremos adicionar plataformas descentralizadas para la compra y venta de criptomonedas hechas en Colombia; que la gente entre y entienda qué es y cómo funciona este universo”, enfatiza Villa.
Un mercado con potencial
Consultados sobre su visión de Colombia como ecosistema para el sector, los paisas que dieron vida a Sparklife no dudan en segmentar su respuesta y hablar de Medellín. Consideran que, como distrito tecnológico, es hora de que el municipio plantee una estrategia para posicionarse como hub de enseñanza de este negocio para atraer a aquellos que quieran saber cómo funcionan y cómo se transan criptodivisas.
Dicho esto, también evalúan a uno de los principales desafíos para su emprendimiento. “Lo más difícil es crear la comunidad que empiece a respaldar la criptomoneda, es un trabajo que hay que hacer como en su momento pasó con Bitcóin o Ethereum, que luego, con el paso del tiempo, se fortalecieron”.
Y es que, hablando de Bitcóin, hay que decir que esta es la criptodivisa que va a la delantera –con considerable ventaja– y hoy en día tiene a este ecosistema en la lupa del mundo y de grandes inversionistas.
Esta semana nuevamente tocó los US$60.000 y por si fuera poco se especula que podría alcanzar los US$90.000, luego de la llegada a Wall Street del primer fondo cotizado (ETF) basado en bitcoins.
Pero, como se sabe, el punto débil del Bitcóin y de las criptomonedas en general es su alta volatilidad. Uno de los ejemplos se dio tan solo un mes atrás, cuando, tras el anuncio de China de declarar ilegales todas las transacciones con estas, el Bitcóin se desplomó 8% hasta tocar los US$41.000.
Pese a ello, este es un mundo que le interesa al colombiano. De hecho, la firma especializada Chainalysis aseguró que el país es uno de los de mayor adopción de criptodivisas en el mundo y figura en la casilla 11 entre 154 territorios evaluados.
Adicional, en su Índice Global de Adopción de Criptomonedas 2021, la firma en cuestión destaca el papel de Latinoamérica dentro de esta industria pues Venezuela y Argentina, por ejemplo, figuran en las casillas 7 y 10, respectivamente.
Entre los líderes mundiales Taiwán ocupa la primera casilla y en su orden le siguen India, Pakistán, Ucrania, Kenia y Nigeria, que también muestran altos niveles de negociación.
Conscientes del potencial que tiene esta actividad, pero también de retos como el tema de regulación, los emprendedores de Sparklife aseguran que su tarea será seguir enseñando sobre criptodivisas e impulsando a Medellín como referente en esta materia. La firma, vale decir, actualmente cuenta con 25 colaboradores y una comunidad de más de 10.000 personas.