Además anunció una donación de USD 15 millones a Colombia en un plazo de cinco años para apoyar la ampliación de áreas protegidas en el país.
El anuncio lo hizo James Deutsch, presidente de la organización, lo comunicó en una carta que leyó durante la visita del presidente Duque a EE.UU. en el marco de su participación en la Asamblea de la ONU.
“Presidente Duque es un honor honrar su liderazgo. Reconociendo la biodiversidad extraordinaria de Colombia y el trabajo excepcional que ha hecho el país en la protección de su legado natural y cultural y, especialmente, la ambición visionaria de su excelencia, Iván Duque Márquez, para ampliar la red de áreas protegidas, Rainforest Trust tiene el honor y el placer de anunciar un compromiso de 5 años de 15 millones de dólares para apoyar estas iniciativas”, expresó Deutsch, según lo relata el Gobierno.
El papel de Colombia en la política internacional respecto a la protección del medio ambiente ha sido relevante en la historia. El país ha liderado foros y cumbres sobre el tema de desde 1992. El último de ellos data de hace unas pocas semanas en Leticia, donde se llevó a cabo la PreCOP de Biodiversidad, en la que diversos actores políticos de la región y del mundo se reunieron como antesala de la COP15 de la Convención sobre la Diversidad Biológica.
Aún así, el país tiene esferas en esa política en la que el actuar del gobierno es cuestionado. Por ejemplo, en lo que se refiere a la no ratificación del Acuerdo Regional sobre el Acceso a la Información, la Participación Pública y el Acceso a la Justicia en Asuntos Ambientales en América Latina y el Caribe, conocido como Acuerdo de Escazú. A finales de junio pasado el Congreso, en el que el gobierno tiene mayorías, lo dejó hundir.
También se le ha cuestionado de forma recurrente la seguridad de los líderes que propenden por políticas ambientales. A inicios de septiembre pasado la ong Global Witness publicó su informe anual sobre ataques a líderes ambientalistas, señalando que solo en Colombia se asesinaron a 65 de ellos en 2020, convirtiéndose en el país más peligroso del mundo para ejercer este tipo de liderazgo.
