Una investigación realizada por el grupo de antiexplosivos e incendios del Cuerpo Técnico de Investigación, CTI, de la Fiscalía, fue determinante para que la justicia imputara cargos por homicidio culposo contra Rony Alexander Gómez por la muerte de Angélica Liliana Vergel, ocurrida en 2008 en el barrio de San Alonso de Bucaramanga.
El incendio donde perdió la vida Angélica -quien entonces tendría 20 años- fue provocado y no se trataría de un accidente; sin embargo, la Defensa insiste que no fue intencional.
Con las pruebas recolectadas lograron establecer que la conflagración fue provocada por ‘llama directa’; es decir que hubo una mano macabra detrás.
¿Qué fue lo que pasó?
A las 2:40 de la madrugada del 10 de diciembre de 2008, el humo en una vivienda universitaria ubicada en la carrera 30 con 14 del barrio San Alonso, alertó a los vecinos. Las llamas originadas por una veladora, empezaron a consumir una a una las habitaciones del tercer y segundo piso.
El incendio se habría ocasionado cuando Rony Alexander Gómez, habría intentado quitarse la vida. ‘Quería suicidarme, me monté a una silla y amarré un lazo a una de las vigas de la habitación. Cuando lo intenté, tumbé una veladora y se inició el incendio’, fueron sus palabras ese día.
El fuego cobró fuerza. Hubo personas fueron trasladadas al Hospital Universitario de Santander, HUS.
Angélica Liliana Vergel, murió a los pocos minutos de su ingreso, por asfixia. Era estudiante de Contaduría de las Unidades Tecnológicas de Santander, UTS.
Otro de los heridos fue Manuel Remolina de 57 años, vigilante del sector, quien fue dado de alta pues sólo sufrió intoxicación por inhalación de humo.
Los otros dos, de 28 y 26 años, ingresaron en complicadas condiciones y tuvieron que intervenirlos quirúrgicamente. Se trataba de Alexánder Gómez, estudiante de Ingeniería Química de la Universidad Industrial de Santander, UIS, quien según el parte médico sufrió quemaduras de primer y segundo grado en el 7% de la superficie corporal total.
El paciente que revistió mayor gravedad fue Jefferson Arturo Torres, de 26 años, estudiante de Ingeniería Industrial de la UIS. Sufrió quemaduras de segundo y tercer grado en el 45% en la cara y el tórax. El proceso continúa.