La casa de Mi Pobre Angelito no solo es una mansión, es un ícono cultural. Desde que Kevin McCallister la convirtió en su fortaleza contra dos torpes ladrones, este lugar ha sido un imán para fanáticos, especialmente durante la temporada navideña. ¿Y cómo no? ¡Todos quieren posar en la entrada o correr por las escaleras imaginando que están tramando una de esas legendarias trampas!
Construida en 1921, esta residencia de estilo georgiano cuenta con cinco dormitorios, seis baños y una escalera central tan famosa como el mismísimo Macaulay Culkin. Aunque las escenas interiores de la película fueron grabadas en un set, esta casa sigue siendo el epicentro de la nostalgia cinematográfica.
En los años 90, cuando se rodó la película, la familia Abendshien vivía en la casa. Ellos, con una paciencia digna de héroes, soportaron las semanas de rodaje mientras su hogar se convertía en un campo de batalla navideño lleno de cámaras y luces. Años más tarde, en 2012, Tim y Trisha Johnson adquirieron la propiedad. Trisha confesó que no se dio cuenta de que era la casa de su película favorita hasta que su agente inmobiliario le insistió en visitarla. Sorpresas que solo los astros del cine pueden dar.
Sin embargo, vivir en esta mansión no es para tímidos. Los turistas no cesan de llegar, especialmente en diciembre, para capturar un pedazo de esa magia que solo Mi Pobre Angelito puede evocar. De hecho, la afluencia de visitantes obligó a instalar vigilancia policial 24/7 para gestionar el flujo y garantizar la tranquilidad de los propietarios.
En 2024, la casa fue puesta en el mercado por 5.25 millones de dólares, y no tardó en encontrar un comprador dispuesto a desembolsar 5.5 millones por esta joya inmobiliaria. ¿Lo mejor? Los nuevos dueños planean mantenerla como destino turístico. Porque, admitámoslo, sería un crimen navideño cerrar las puertas a los fanáticos.
Esta casa no solo es una propiedad, es un personaje en sí misma. Ha visto familias, turistas y miles de flashes de cámaras. Su legado continúa, y con él, la tradición de soñar con aventuras navideñas, escaleras imposibles de bajar con trineos y un tarro de pintura balanceándose en el aire. ¡Larga vida a la mansión McCallister!
Secretos detrás de ‘Mi Pobre Angelito’: lo que nunca se imaginó
¿Quién no ha soñado con quedarse solo en casa y convertir cada rincón en una trampa mortal para ladrones torpes? Mi Pobre Angelito nos hizo reír, emocionarnos y sentirnos ingeniosos, pero detrás de sus icónicas escenas, hay secretos que probablemente no conocías y que hacen que esta película sea aún más especial (y divertida). Aquí van algunos de los mejores:
1. El grito más famoso fue un error: ¿Recuerdan a Kevin gritando con las manos en las mejillas después de ponerse loción? Pues bien, ese momento que todos hemos imitado no estaba en el guion. El director quería que Macaulay Culkin se quitara las manos del rostro antes de gritar, pero el pequeño genio hizo lo suyo y creó una de las imágenes más recordadas de la historia del cine. ¡Quién diría que un error se convertiría en oro puro!
2. La película en blanco y negro no existe: ese clásico “Merry Christmas, ya filthy animal” que Kevin utiliza para asustar a los ladrones no proviene de ninguna película antigua. Fue creado exclusivamente para Mi Pobre Angelito. Sí, Hollywood engañándonos desde 1990, pero lo perdonamos porque esa escena es legendaria.
3. La tarántula era de verdad (y el miedo también): cuando Marv, el ladrón torpe, grita mientras una tarántula camina sobre su cara, el terror era real. La producción usó una araña de verdad, pero Daniel Stern no quiso espantarla, así que fingió el grito. Eso sí, el grito que escuchamos en la película fue añadido después. ¡Héroe y profesional!
4. John Candy improvisó como si no hubiera un mañana: el inolvidable Gus Polinski, rey de la polka, grabó todas sus escenas en un día maratónico de 23 horas. ¿Lo mejor? Casi todo lo que dice fue improvisado. El talento de Candy hizo que su personaje se sintiera como ese tío divertido que aparece en Navidad.
5. Warner Bros. dijo “no”, y Fox dijo “¡sí, por favor!” La película iba a ser producida por Warner Bros., pero cuando el presupuesto pasó de 10 millones, el estudio decidió cancelar el proyecto. John Hughes, guionista, llamó a 20th Century Fox, que no dudó en apostar por Kevin. Resultado: más de 476 millones de dólares en taquilla. Apuesta ganadora.
Mi Pobre Angelito no solo es un clásico, es un cúmulo de accidentes felices, improvisaciones geniales y decisiones arriesgadas que la convirtieron en la joya navideña que conocemos. Así que, la próxima vez que la veas, recuerda que incluso los errores pueden convertirse en magia.