Una enorme tragedia golpea a una familia habitante del municipio de Cáceres, en el Bajo Cauca antioqueño, después de la inesperada muerte de Miller Osorio, un niño de tan solo dos años, quien perdió la vida luego de haber sido picado por un alacrán en su vivienda.
El incidente ocurrió cuando el menor fue atacado por el insecto, lo que provocó un intenso dolor y llanto. Al percatarse de la situación, su madre lo llevó de inmediato al centro de salud de la vereda Barro Blanco, en el municipio vecino de Tarazá, donde recibió los primeros auxilios.
Ante la gravedad del caso, Miller fue trasladado al hospital del casco urbano de Tarazá, donde se le suministró una primera dosis de suero antiofídico. Sin embargo, la falta de existencias suficientes del medicamento en dicho centro médico obligó a las autoridades sanitarias a remitirlo a una clínica de mayor nivel, de acuerdo a medios de comunicación locales.
El menor llegó el pasado martes, 26 de noviembre, a la Clínica Pajonal de Caucasia, donde especialistas intentaron salvar su vida. Pese a los esfuerzos médicos, el pequeño Miller falleció, dejando en duelo a su familia y en shock a toda la comunidad.
La tragedia ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad en la atención médica de las zonas rurales del Bajo Cauca, donde las distancias, la falta de insumos y la limitada capacidad de los centros de salud complican la atención oportuna de emergencias como esta.
Las autoridades locales y departamentales han expresado sus condolencias a la familia del pequeño y han prometido evaluar las necesidades de los servicios de salud para evitar que se repitan casos similares. Mientras tanto, la comunidad rural lamenta la pérdida de un niño cuya vida fue truncada de manera tan repentina y dolorosa.
