Edgar Felipe Vargas Escudero, de 30 años, vivía con una presión entre pecho y espalda por las amenazas que le había acarreado un caso como abogado. Según allegados, había decidido guardar silencio y no alertar a sus familiares sobre el martirio que estaba sufriendo a cuenta de su profesión.
Sin embargo, la noche del sábado 23 de noviembre quiso despejar la mente. Quedó de encontrarse con sus amigos en el Oxxo de la carrera 27 con calle 9, en el barrio La Universidad de Bucaramanga, y pasar un buen rato. Así fue. Llegó sobre las 8:00 de la noche.
En la parte exterior del establecimiento se encontró con una de sus mejores amigas. Sostuvieron una charla por varios minutos hasta que el incómodo sonido de una motocicleta interrumpió la conversación. Lo peor ocurrió segundos después. La motocicleta NKD negra, de placa DJC50H, se estacionó a menos de dos metros del sitio en donde Edgar Felipe y su compañera departían.
El conductor, que vestía un buzo negro y un jean azul, sacó el arma y le disparó al abogado siete veces seguidas. El polarizado de su casco de protección le permitió mantener su identidad oculta. Una vez se cercioró de que su víctima agonizaba en el suelo, huyó en su motocicleta.
Sin embargo, metros más adelante, en Miradores de la UIS, tuvo que abandonarla por un problema mecánico. De acuerdo con las autoridades, el vehículo había sido reportado por hurto.
Edgar Felipe Vargas llegó sin signos vitales al Hospital Universitario de Santander
Los siete proyectiles le impactaron el tórax izquierdo y derecho, el cuello y el brazo. Su asesino no tuvo piedad y le disparó tres veces seguidas en el pecho. Las lesiones le impidieron mantenerse en pie. Su amiga, en medio del horror, lo auxilió en compañía de uniformados del cuadrante.
Lo trasladaron al Hospital Universitario de Santander. Sin embargo, en el camino, Edgar Felipe exhaló el último suspiro de agonía que le quedaba. Llegó sin signos vitales.
La Policía Metropolitana de Bucaramanga señaló que las razones de este homicidio están siendo investigadas. Sin embargo, allegados han asegurado que la víctima recibía amenazas desde hace varias semanas.
Dentro del registro del Sistema Penal Oral Acusatorio, la víctima tiene una anotación judicial como indiciado por el delito de fraude procesal durante el 2023.
Las autoridades además añadieron que en la escena fueron recolectadas tres vainillas y un proyectil que permitirán rastrear el arma homicida. Por otro lado, la motocicleta fue incautada como prueba material indispensable.