Durante dos semanas se adelantaron las audiencias concentradas en contra de la banda delincuencial ‘Los Kilates’, a quien se le atribuye la responsabilidad del hurto de más de $1.000 millones en la Joyería Italiana Franco del centro comercial San José Plaza, en Bucaramanga, el 23 de julio pasado.
En esta diligencia judicial la Fiscalía presentó las evidencias que vinculan a estas 10 personas en el atraco de película que generó conmoción y rechazo entre los bumangueses.
Luego de los múltiples alegatos del ente acusador, la defensa de los acusados y demás intervinientes, este martes, 6 de noviembre, un juez de garantías les dictó medida de aseguramiento en establecimiento carcelario a los procesados.
Estas personas fueron identificadas como Humberto Vargas Montañez, Michael Benedict Chanchi, Jesica Valenzuela (la señalada cabecilla), José Manuel Gómez, Carlos Alberto Jiménez, Lino Elkin Zarate, Ángel Gabriel Díaz, Hugo Alejandro Sánchez, Diego José Rubiano y Jonathan Rodrigo Guillin Martínez.
A todos ellos les fueron imputados cargos por los delitos de concierto para delinquir, hurto calificado y agravado, y porte ilegal de armas de fuego.
“La Fiscalía estableció que ‘Los Kilates’ habrían definido un plan criminal para asaltar la joyería. Por disposición de un juez de control de garantías, deberán cumplir medida de aseguramiento en centro carcelario”, señaló el ente acusador.
Durante tres meses se recolectaron y analizaron videos de 500 cámaras de seguridad, 42 líneas telefónicas fueron interceptadas y se cotejaron huellas dactilares, entre otras actividades, que hicieron posible a la Policía lograr la captura de estas 10 personas. Los operativos se efectuaron en el área metropolitana de Bucaramanga, en Barranquilla y Soacha (Cundinamarca).
La Fiscalía dio a entender que aún hace falta capturar a otros posibles cómplices que participaron en el millonario hurto. La identidad de estas personas no ha sido revelada.
Así se planeó y ejecutó el millonario atraco en una joyería en Bucaramanga
El golpe habría iniciado en el barrio San Miguel donde, antes de las 8:00 de la mañana del 23 de julio, los atracadores se alistaron. En total habrían requerido de media docena de carros (automóviles e incluso una camioneta) e igual cantidad de motos.
Poco antes de las 9:00 de la mañana dos vehículos se estacionan a un lado de la vieja Copetran mientras un campanero mira por la carrera 15 hacia la Puerta del Sol, donde había un grueso de la Policía atento al paro de taxistas que se escenificaba ese día.
De los automóviles se bajan los sujetos disfrazados de policías y uno de ellos es quien hace una llamada grupal para coordinar todos los movimientos.
La organización completa se dispersa a lo largo de la carrera 17C con 54 hasta la calle 61. Cada uno tenía una labor específica para garantizar que no habría factor sorpresa y que tendrían vía libre para la fuga.
Los empleados de la joyería les manifestaron a los investigadores que sobre las 9:32 a.m. se encontraban en su jornada laboral habitual en el establecimiento, ubicado en el local 207 del centro Comercial San José Plaza, cuando llegaron los primeros bandidos vestidos de policías.
“Ingresan con armas dos delincuentes armados, ambos vestidos de policías, que proceden a intimidar y golpear al vigilante. Les dicen que no se muevan y llegaron cuatro sujetos más”, contaron los trabajadores.
Uno de los asaltantes tenía una chaqueta verde de la empresa Servientrega y con otro cómplice saltan la vitrina y se llevan las joyas en un costal. Todo esto quedó grabado en las cámaras de seguridad.
Los delincuentes bajaron por escaleras que conducen a la carrera 17C y en el escape fueron chiflados por los testigos del hecho. En la vía pública, los esperaban cuatro motocicletas con sus respectivos conductores: una XTZ 150 color azul; una YBR color negro con rojo; una RX 115 color negro; y una Pulsar NS 200 color negro.
Se movilizaron hasta la calle 59A donde los esperaba dos vehículos para hacer el trasbordo. Allí entregaron el costal y huyeron con destino a un apartamento del barrio Provenza, en donde se repartieron el jugoso botín.
Después de ‘coronar’ el robo y aún cuando la ciudadanía aún no salía de la conmoción observando los videos que se hicieron virales, los asaltantes que habían llegado de afuera retornaron a sus ciudades de origen.