Una bebé de 14 meses sufrió un brutal ataque la noche del sábado en Los Patios, cuando un perro de raza pitbull ingresó a su vivienda y la dejó gravemente herida.
El incidente ocurrió alrededor de las 7:00 p.m. en la calle 6 del barrio Pisarreal, mientras la pequeña se encontraba dentro de su casa, jugando y disfrutando junto a sus padres en un momento familiar.
La tranquilidad de la noche se vio interrumpida cuando el perro de una vecina, que presuntamente no llevaba bozal, aprovechó que la puerta estaba abierta para ingresar y lanzarse de forma violenta contra la niña.
El ataque fue repentino y trágico, provocando una escena de desesperación para los padres, quienes intentaron reaccionar ante lo que sucedía.
El padre de la menor, sin dudarlo, se abalanzó sobre el perro en un intento desesperado por salvar a su hija. Finalmente, logró que el animal la soltara, pero para entonces las heridas ya eran graves.
Con urgencia, los padres trasladaron a su hija al Hospital Universitario Erasmo Meoz, donde fue ingresada con lesiones severas en la oreja derecha, la cabeza y la pierna izquierda. El equipo médico intervino de inmediato y fue sometida a una cirugía de emergencia.
Según el parte médico, su estado de salud es delicado y permanece bajo pronóstico reservado, mientras lucha por recuperarse.
El caso generó una rápida respuesta por parte de la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc) que tras ser alertada del ataque, activó de inmediato la ruta de restablecimiento de derechos de la menor, una medida crucial en situaciones de este tipo.
“Tan pronto conocimos el caso nos pusimos al frente de la situación brindado un acompañamiento permanente a la menor y su familia. También recepcionamos la denuncia correspondiente y se impusieron dos órdenes de comparendo”, informó el coronel Julio Olaya, comandante operativo de la Mecuc.
De manera extraoficial, se conoció que la madre de la menor ya había expresado anteriormente su preocupación a los dueños del perro.
Según vecinos, la mujer había advertido en varias ocasiones sobre el riesgo que representaba el animal al no contar con las medidas mínimas de seguridad, como el uso de bozal, ya que había muchos niños y personas vulnerables en la zona.
A pesar de estas advertencias, al parecer, los dueños del perro hicieron caso omiso, lo que finalmente resultó en la tragedia.
Este hecho ha generado indignación y preocupación entre los habitantes del barrio Pisarreal, quienes ahora exigen mayor control sobre la tenencia de perros de razas potencialmente peligrosas y más responsabilidad por parte de los propietarios.
“Muchas veces se ponen bravos e histéricos porque uno les dice, a mí me ha pasado. Tienen que suceder las cosas como para que hagan algo”, relató una líder comunal.