Como obligado a vivir una fantasía en búsqueda de un sueño, en el que ciclistas como Nairo Quintana y Alberto Contador son protagonistas, Diego Pescador abandonó su natal Quimbaya, para luchar por su más grande anhelo, llegar a la máxima categoría del ciclismo mundial.
Sin embargo, nadie se imaginó que a sus 19 años, este joven corredor llegaría a formar parte del Movistar Team, un equipo profesional español que a lo largo de su historia le ha abierto las puertas a distintos colombianos, quienes han brillado en lo más alto del deporte de las bielas y los pedales.
Una historia contradictoria a lo que este ‘escarabajo’ podría haberse imaginado en su niñez, pues le tenía miedo a montar en bicicleta, su pasión se inclinaba al atletismo. Sin embargo, a sus 14 años, las súplicas de su padre para que lo acompañara a “correr” de forma aficionada fueron escuchadas y con un velocípedo prestado por un tío, que según sus recuerdos era de esos antiguos, Pescador dio sus primeros pedalazos. Desde ese entonces, se enamoró por completo y, tras un año de apostarle a las dos disciplinas, decidió dedicarle todos sus esfuerzos a convertirse en un gran corredor de ciclismo.
No fue sencillo, pero su determinación tuvo un impulso cuando se inscribió a una carrera local, en la que logró triunfar. Entre risas, con la nobleza y humildad que lo caracterizan, Diego reconoció que su mayor pensamiento después de esta victoria fue “si esto es así de fácil, yo voy con toda”, pero su percepción cambió cuando compitió con ciclistas en formación a nivel nacional.
No obstante, nunca dejó su objetivo a un lado y aunque carecía de apoyo económico, que fue solventado vendiendo rifas y lechona con la ayuda de sus padres, poco a poco y con buenos resultados empezó a encontrar “puertas abiertas”, así como lo hizo la Liga de Risaralda, en la que el “profe” Julio César López lo acogió.
En ese entonces, Pescador probó suerte en el ciclismo de pista, pero sus resultados no fueron lo suficientemente convincentes. Incluso reconoció que la pasó “bastante mal”, al no destacarse como lo tenía pensado.
El tiempo pasó y después de un momento de ‘pausa’ por la pandemia del COVID-19, el quindiano retomó su entrenamiento y desde ese entonces no ha dejado de brillar.
Entre sus principales logros se encuentra una Vuelta Antioquia, representar a Colombia en el Tour de l’Avenir, ser el mejor joven en la Vuelta a Colombia y, recientemente, se quedó con la camiseta que lo identifica como el corredor Sub-23 más destacado del Clásico RCN.
“Diego, la nueva ‘perla’ del ciclismo colombiano”, es uno de los titulares que se han tomado los diarios internacionales, pues su mayor característica es la de ser un ágil escalador, así como los más ‘grandes’ del pedalismo nacional.
Su éxito se lo atribuye a su disciplina, esa en la que día a día sigue trabajando; desde un extenuante y preciso entrenamiento, hasta una nutrición correcta con el tiempo de descanso bastante marcado.
“Yo creo que la disciplina es más fuerte que el talento”, asegura Diego, quien fue reiterativo en que se ha ido construyendo a pulso, dejando a un lado ‘banalidades’ como “fiestas” o distracciones que al final no llevan a nada bueno.
Ahora, con la misión de escribir una nueva página, Diego Pescador (que corre en el GW Erco Shimano) espera triunfar, al lado de uno de sus ídolos, en uno de los equipos de ciclismo más grandes del mundo, una decisión que estuvo meditando, pues tuvo distintas ofertas, esas que, como él lo señala, “nunca creí que iba a tener”.
Con la cabeza en alto, Diego se proyecta para dejar su huella en el pedalismo internacional, llegar a correr una de las ‘Grandes Vueltas’ y, por qué no, hacer su típica celebración de levantarse sobre los pedales y hacer el gesto del pescador que lanza una caña y recoge el sedal después de capturar a su presa, esto en su competición favorita, el Tour de Francia.
