Los habitantes de los barrios Zapamanga II Etapa y La Castellana llevan años compartiendo una calle llena de huecos y donde el pavimento en buen estado es un recuerdo de hace dos años.
Este corredor vial es la carrera 33, entre calles 112 y 117, tanto comerciantes como residentes de ambos sectores concuerdan con la misma versión, “esa carrera está así de agrietada desde que se hizo una intervención en el sistema de acueducto hace más de 20 meses, esta es la fecha y aún no la han pavimentado como estaba” reveló María Antonia Jaimes Silva, presidenta de la junta e acción comunal de Zapamanga II.
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Por la carrera circulan automóviles, motocicletas y camiones de distribución de alimentos, todos estos vehículos deben ir en primera y circular con sumo cuidado si no quieren dañar la suspensión.
Tanto los habitantes de ambos barrios como los transeúntes que pasan por la zona esperan ansiosos la llegada de la maquinaria y la correcta pavimentación de otra ‘huecamenta’ más del ‘municipio dulce de Colombia’.
Una de las tantas
Otros tres focos llenos de imperfecciones son: la carrera 27a, antes de la parroquia Santiago Apóstol de Molinos Bajos, la carrera 48 (entrada del barrio Santa Helena) y el acceso a la carretera antigua, después del semáforo del Jardín Botánico.
El primer tramo es una bajada de casi 200 metros y desde el inicio hasta el final hay pavimento ‘cuarteado’. En el caso de la carrera 48, se encuentran múltiples huecos en ambos sentidos de la vía que conecta al barrio Santa Helena con El Campanazo.
De hecho, este fin de semana hubo control de la Dirección de Tránsito en la rotonda ‘de la vírgen’ y lo más probable, es que los agentes hayan pegado más de un salto por el camino.
Y el tercer tramo es el más crítico porque se movilizan diversas rutas de transporte público y camiones de transporte de alimentos, además de autos y motocicletas. Cuando las lluvias hacen presencia en el municipio, este paso de ambos sentidos se vuelve una ‘piscina peligrosa’. Por lo que, los conductores están obligados a pasar a baja velocidad y bien alertas para no ‘comerse los huecos’.
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Redacción y fotografía: Felipe Jaimes Lagos.
