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Vendió todo lo que tenía para viajar alrededor del mundo y terminó expulsada del crucero de lujo

La estadounidense, Jenny Phenix, vendió todo lo que tenía y recaudó más de 300.000 dólares para viajar en un crucero de lujo, pero el barco lleva cuatro meses anclado en Belfast, Irlanda, por problemas con los timones y la caja de cambios.

Una estadounidense jubilada quería hacer el viaje de sus sueños y todo terminó en una pesadilla: era un crucero de lujo alrededor del mundo, y vendió todas sus propiedades para conseguirlo. Pero lo cierto es que ese sueño se vio truncado cuando le comunicaron que ya no formaría parte del mismo debido a sus quejas por un grupo de WhatsApp.

Se trata del caso de Jenny Phenix, una mujer de Florida, Estados Unidos y que narran medios británicos como Telegraph y Mirror.

Esta mujer estadounidense de 68 años vendió todos sus bienes y liquidó todos sus negocios. Además, como relata ‘Telegraph’, había estado viviendo “con una maleta” desde diciembre de 2023.

Iba a viajar en el Odyssey, un lujoso crucero residencial que estaba planeado para dar la vuelta al mundo en tres años, pero este registró desperfectos que de manera lamentable retrasaron considerablemente los tiempos de navegación: lleva tres meses varado en Irlanda del Norte.

El viaje, que debía comenzar en mayo pasado, se vio retrasado por cuenta de desperfectos técnicos relacionados con los timones y la caja de cambios, lo que dejó al barco varado en Belfast, Irlanda del Norte, durante cuatro meses.

Vendió todas sus pertenencias

Luego de vender, la mujer logró recaudar más de 300.000 dólares. No obstante, ha denunciado que se le ha prohibido viajar en el viaje inaugural de tres años “por quejarse de los continuos retrasos por un grupo de WhatsApp”.

En uno de estos grupos ella se quejó de que un retraso de cuatro meses significaba que el barco no podría atracar en Miami donde quería recoger algunas pertenencias para el viaje.

Otras de sus quejas tenían que ver sobre las remodelaciones en el barco o su que su camarote era temporal.

Aunque estas quejas se hicieron a través de un grupo de WhatsApp llegaron de algún modo a la tripulación.

Los propietarios del barco le escribieron a Jenny Phenix después informándole de que su comportamiento “afectaba a la comunidad” por lo que habían decidido cancelar su contrato.

Además dijeron que se recibieron “más de una docena de quejas de residentes por su negatividad y continuas quejas”, y por esa razón decidieron expulsarla.

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