Un robo a mano armada ocurrió en una fuente de soda, ubicada en la carrera 17 #59 del barrio Ricaurte de Bucaramanga. De acuerdo con una víctima del hurto, sobre las 4:15 de la tarde del pasado sábado 31 de agosto, un hombre entró al establecimiento comercial y se tomó dos cervezas.
“Nos observó a todos, se fue y 10 minutos después, llegó una banda de atracadores con armas de fuego. Yo creo que esa persona dio el campanazo para el hurto”, señaló.
La cámara de seguridad del sitio registró el momento en el que los cuatro ladrones se acercan a una de las mesas y roban a las clientes. “Uno de ellos, me amenaza con su revólver, y cuando yo me niego a darle mis pertenencias me da un par de cachetadas. Se lleva unas joyas en oro, mi billetera y mi celular”, contó uno de los hombres que fue asaltado.
Los demás se fueron por los otros clientes. Entre golpes y dos disparos al aire, amedrentaron a las 11 personas que estaban en el sitio. A uno de ellos lo agredieron con la cacha de un revólver en la cabeza para que entregara sus pertenencias.
“Después, cuando van de salida, también le intentan rapar el bolso a uno de los vecinos que estaba paseando un perro”, añadió el hombre, que quiso mantener su identidad oculta por miedo a represalias.
Una vez se llevan el botín, se montan a las motocicletas y huyen. De acuerdo con los testigos, ocho minutos después llegan los uniformados de la Policía Metropolitana de Bucaramanga. “Las autoridades no se demoraron, pero los ladrones ya habían huido. Después fuimos interrogados, pero yo decidí poner la denuncia de una vez ante la Fiscalía”, dijo la víctima.
Le robaron 32 millones en joyas, efectivo y pertenencias
Una de las víctimas le contó a Vanguardia que este hurto le dejó más dudas que certezas. “Este robo me pareció muy raro. Siento que hubo complicidad de varias personas, pero lo dejo a las autoridades para que logren esclarecer lo sucedido”, aseveró.
Por otro lado, señaló que le robaron más de 32 millones de pesos en joyas de oro, un dinero en efectivo que guardaba en su billetera y un celular, avaluado en $5 millones.
Para él lo más preocupante fue la violencia que ejercieron los delincuentes. “Uno teme por su vida. Ver tantos hombres armados, escuchar las detonaciones y soportar los golpes por miedo. Fue una experiencia traumática”, añadió.
Por el momento la Policía Metropolitana de Bucaramanga no se ha pronunciado frente a este hecho.
