La Candida auris es un hongo que ha ganado notoriedad en los últimos años debido a su capacidad para causar infecciones graves y su resistencia a múltiples tratamientos antifúngicos y que fue el causante del deterioro en la salud de Javier Acosta, el hincha de Millonarios que recibió el viernes 30 de agosto la eutanasia.
Descubierto por primera vez en Japón en 2009, este hongo ha sido identificado en varios países, incluyendo Estados Unidos, España y Colombia, la Candida auris es especialmente peligrosa porque puede sobrevivir en superficies hospitalarias y equipos médicos, facilitando su propagación en entornos de atención médica. Las infecciones por este hongo son más comunes en pacientes con sistemas inmunológicos debilitados, como aquellos que han sido hospitalizados por largos periodos o que tienen dispositivos médicos invasivos.
Síntomas y diagnóstico
Los síntomas de una infección por Candida auris pueden incluir fiebre alta y persistente, escalofríos y sudores, similares a otras infecciones. Sin embargo, lo que hace a este hongo particularmente preocupante es su resistencia a los tratamientos antifúngicos convencionales, lo que dificulta su erradicación.
Para prevenir la propagación de Candida auris, es crucial implementar estrictas medidas de higiene en hospitales y centros de salud. Esto incluye la desinfección regular de superficies y equipos, así como el aislamiento de pacientes infectados para evitar brotes.
La Candida auris representa un desafío significativo para la salud pública debido a su resistencia y capacidad de propagación. La comunidad médica continúa investigando para desarrollar tratamientos más efectivos y estrategias de control para combatir este hongo mortal.
El tratamiento para Candida auris puede presentar dificultades debido a su notable resistencia a múltiples antifúngicos. No obstante, existen opciones terapéuticas disponibles para abordar esta infección:
1. Echinocandinas: son el tratamiento inicial recomendado para adultos y niños mayores de 2 meses. Ejemplos de este tipo de antifúngicos incluyen anidulafungina, caspofungina y micafungina.
2. Anfotericina B deoxicolato: se sugiere su uso para recién nacidos y lactantes menores de 2 meses. Además, en situaciones donde las echinocandinas no resultan efectivas, se puede considerar el uso de anfotericina B en su forma liposomal.
3. Drogas en investigación: para infecciones que son resistentes a las echinocandinas y casos de resistencia total (pan-resistentes), se pueden explorar medicamentos que aún están en fase de investigación.
Es crucial que los pacientes sean monitoreados de cerca durante el tratamiento. Adicionalmente, se recomienda realizar pruebas de susceptibilidad para ajustar la terapia según sea necesario.
¿Cómo actúa en el cuerpo la bacteria mortal que habita en las piscinas?
La Candida auris es un hongo emergente que puede causar infecciones graves, especialmente en personas con sistemas inmunológicos debilitados. La Candida auris puede ingresar al cuerpo a través de heridas, catéteres, o incluso por contacto con superficies contaminadas.
Una vez dentro, puede causar infecciones en áreas específicas como la piel, heridas, o los oídos. Estas infecciones pueden manifestarse como ronchas, enrojecimiento, y dolor.
Si no se trata, la Candida auris puede entrar al torrente sanguíneo y causar infecciones sistémicas graves, conocidas como candidiasis invasiva. Esto puede afectar órganos internos como el corazón, el cerebro, y los riñones.
Una de las características más preocupantes de la Candida auris es su resistencia a múltiples antifúngicos, lo que dificulta su tratamiento y control. Los síntomas pueden incluir fiebre, dolor en el cuerpo, y síntomas específicos dependiendo del órgano afectado. En casos graves, puede ser mortal si no se trata adecuadamente.
La Candida auris es especialmente peligrosa en entornos hospitalarios, donde puede propagarse fácilmente de un paciente a otro a través de superficies contaminadas y equipos médicos.
