Al Aeropuerto Internacional Palonegro en Lebrija, Santander, procedente del departamento de Arauca llegó el féretro del subintendente Anderson Alberto Hernández Villar, que falleció a sus 38 años de edad.
Con la bandera de Colombia arropando su ataúd, con honores por parte de los altos mandos de la Policía en Santander, así fue el recibimiento antes de ser trasladado al municipio de San Gil donde sus seres queridos adelantarán los actos fúnebres.
“Nos debe doler a todos las muertes de nuestros policías. Despedimos a un compañero, a un hijo que dio 20 años de su vida en servicio por esta patria”, señaló el general Henry Yesid Bello Cubides, comandante de la Policía Metropolitana de Bucaramanga.
El cortejo fúnebre partió por tierra rumbo al municipio de San Gil donde sus familiares y amigos le brindarán el último adiós este viernes 28 de junio en horas de la tarde. Una vez arriben a la capital de la provincia de Guanentá, la velación se cumplirá en la funeraria Senderos del Recuerdo.
“Me quitaron un pedazo de mi vida”
Con estas palabras Mariela Villar, madre del subintendente Hernández, resumió el dolor que siente tras la noticia del asesinato del mayor de sus hijos.
El cuerpo fue encontrado en la vereda Los Almendros, en el municipio de Arauquita, Arauca, con varios impactos de proyectil de arma de fuego. En esa zona de Colombia delinque el Eln y las disidencias de las Farc. Un tatuaje del escudo de la Policía Nacional en uno de sus brazos ayudó a la identificación del uniformado que estaba de vacaciones.
“La última vez que estuvo conmigo fue para mi cumpleaños, aquí en San Gil. Después se fue con la novia a buscar al papá allá en la frontera con Cúcuta y desde ese día no tuvimos más noticias”, agregó Mariela.
Actualmente el uniformado venía prestando sus servicios en el CAI del barrio Mutis en la Policía Metropolitana de Bucaramanga. Era padre de dos menores de 9 y 11 años de edad.
Anderson Alberto se desplazó en una motocicleta de su propiedad y la intención era encontrarse con su progenitor en el sector de La Parada, del municipio de Villa del Rosario, Norte de Santander y de allí trasladarse al estado fronterizo de Táchira.
Pero con su pareja fueron interceptados por sujetos armados que procedieron a secuestrarlo. A su compañera la dejaron libre y en un camión se lo llevaron junto a su moto. Se cree que detrás del secuestro estaría la guerrilla del Eln.
Diez días después, los familiares decidieron denunciar el hecho que terminó con el hallazgo del cuerpo sin vida este martes 25 de junio en zona rural del municipio de Arauquita.
“A los grupos armados les digo que no miren los uniformes, miren las personas. No solo quitan una vida, a los familiares también les quitan un gran pedazo de vida. Al gobierno nacional que haya una negociación real y que no haya más luto para los papás y mamás de los policías colombianos”, expresó Mariela.
Por este crimen, el director de la Policía Nacional, general William Salamanca, ofreció $50 millones por información que permita dar con los asesinos.
