A sus 21 años, Tobías Duarte Delago presenció el primer partido en el profesionalismo del Atlético Bucaramanga, un primero de mayo de 1949.
Aunque en esa ocasión el resultado fue desfavorable frente a un gran Deportivo Cali, ya no había vuelta atrás para una historia de amores, pasiones, sufrimientos y anhelos de más de 75 años.
Duarte se casó, tuvo dos hijos, se pensiona del liquidado Banco Cafetero y hasta presenció el nacimiento de su primer nieto. Pero en su vida había una ‘espinita’ guardada hace tiempo y era el ansiado campeonato. Y eso que estuvo cerca en diversas ocasiones.
Tal es el caso del año 1960, cuando el equipo disputó el título del fútbol profesional con el Independiente Santa Fe. Aunque diversas decisiones arbitrales cuestionables, postergaron la consecución del título.
Otro de los partidos significativos tuvo lugar en 1997 cuando el equipo de la ciudad de los parques enfrentó al América de Cali. En aquella oportunidad, el club se coronó subcampeón, lo cual le permitió jugar por primera vez la Copa Libertadores.
Desde que llegó a su hogar en San Alonso, él y su familia se han dedicado a cultivar la pasión por ‘el equipo que tiene más aguante’. Precisamente, este año, cuando estaba más cerca de cumplir su primer centenario, aprendió una valiosa lección: “no hay mal que dure 100 años”.
Tal aprendizaje lo recibió a punta de goles espectaculares, partidos cardíacos y la calidez de un plantel que pasaría a la historia de toda una ciudad. Dicho plantel tuvo la oportunidad de conocer a su hincha más longevo en un emotivo encuentro realizado en la Fundación Hope. En aquella ocasión le pudo dedicar unas palabras al ‘profe’ Dudamel y sus muchachos.
Es campeón y apunta al récord
Don Tobías, siempre que su salud le permite, va a donde juegue el equipo ‘auriverde’, sobre todo en momentos cruciales. Su hijo, Nilson consideró la posibilidad de estar presente en el Estadio Nemesio Camacho ‘El Campín’, pero el pronóstico de fuertes lluvias se mostró como una amenaza a la salud del longevo hincha.
Aún así, el hincha se las arregló para hacer del Club Campestre de Floridablanca un verdadero estadio. Y en la noche del 15 de junio fue testigo de algo que pensó que no iba a ver: la llegada de la anhelada estrella.
Con la salud intacta y la fe más viva que nunca, Tobías ya sabe lo que es ser campeón. Junto a su hijo y nieto salió a ver el masivo recibimiento del equipo. Camino a los 97 años, le queda un hito más cumplir: el récord mundial del hincha con mayor edad.
