El asesinato a puñaladas del adolescente bitánico Olly Stephens, a manos de otros dos jóvenes en un campo detrás de su casa, después de que reclutaran a una niña de 13 años por internet para atraerlo hasta allí, causó revuelo en enero de 2021, poque fue propiciado y planeado a través de redes sociales.

Olly, de 13 años, salió de su casa un domingo por la tarde en Reading, Berkshire, en el sur del Reino Unido. Le había dicho a sus padres, Amanda y Stuart Stephen, que iba a encontrarse con un amigo. Quince minutos después, había sido asesinado. El ataque fue organizado en las redes sociales.

La investigación policial reveló que el motivo detrás del atroz crimen surgió a raíz de una disputa en las redes sociales, donde se percibía erróneamente que Olly se había burlando de otro niño.

El mundo peligroso de las redes

Justo antes de ser asesinado, Olly fue diagnosticado con autismo y, lo que más le gustaba era jugar a videojuegos y escuchar música en su habitación.

La noche después de su asesinato, al revisar las publicaciones en las redes sociales sobre Olly y las capturas de pantalla que sus amigos compartieron con su hija, sus padres Stuart y Amanda comenzaron a darse cuenta del papel que habían jugado las redes sociales en lo que sucedió.

“Es este mundo secreto donde puedes hacer y decir exactamente lo que quieres”, dice Amanda. “Era un mundo que no teníamos idea de que existía (y) que lo estaba atacando”, comentó la mamá de la víctima.

Los padres de Olly se dieron cuenta del mundo violento e inquietante al que su hijo había estado expuesto a través de su teléfono.

Las notas de voz y los mensajes de texto descubiertos por la Policía revelaron detalles escalofriantes de las intenciones de venganza de los agresores, donde fue pieza clave la prueba digital para esclarecer este absurdo homicidio.

Además los menores asesinos compartieron imágenes en Instagram de personas con cuchillos, usando pasamontañas y capuchas. Incluso enguaje que usaron los condenados en los audios era impactante, con comentarios como: “Vas a morir mañana, Olly” y “Le daré unos golpes (lo golpearé) o lo apuñalaré”. Lo que también es escalofriante es el tono casual y frío que utilizan para expresarse.

El detective Andy Howard, en declaraciones a la BBC, destacó en su momento cómo los avances tecnológicos permitieron a la Ppolicía acceder a datos digitales cruciales, que en última instancia proporcionaron información sobre el motivo detrás de la trágica muerte de Olly.

“Si Olly hubiera sido asesinado quizás seis meses antes, habríamos tenido que mirar la investigación de una manera muy diferente”, dijo Howard. “Pudimos recopilar tanta información de los datos digitales que no tuvimos que depender de llamar a ningún joven o niño a los tribunales, lo cual creo que fue positivo en todos los aspectos”.

El padre de Olly al referirse al crimen de su hijo, lanzó esta inquietante realidad: “Los asesinos de mi hijo lo cazaron, lo rastrearon y lo ejecutaron a través de las redes sociales. Y las redes no hicieron nada para protegerlo”.