Como Mario Alexis y Diego Fernando González Muñoz fueron identificados los hermanos del municipio La Argentina, en Huila, que murieron en un lago de Polonia, Europa, mientras jugaban voleibol.
El pasado primero de mayo, Diego, de 19 años, y Mario, de 28 años, salieron a distraerse para aprovechar su día de descanso. Una de las actividades que tenían presente estos jóvenes junto con su primo era jugar voleibol en inmediaciones del lago Głęboczek. Así que, decidieron ir hasta el lugar para entretenerse.
Ya en el sitio y mientras jugaban, hubo un momento que la pelota cayó al lago, por lo que Diego decidió introducirse para recuperarla, pero el cambio de temperatura del agua fría hizo que perdiera el control y empezara a hundirse.
Al ver la situación, Mario decidió lanzarse para ayudar a su hermano, pero también fue alcanzado por el agua y ambos terminaron ahogados en este extenso y profundo lago.
En el lugar estaban presentes otros dos colombianos que presenciaron lo ocurrido, pero no pudieron rescatarlos.
“No salieron a la superficie tras lanzarse al lago. Al llegar al lugar, policías y bomberos iniciaron un operativo de búsqueda”, señaló la Policía del distrito de Bytów, para medios locales.
Cuentan que estos hermanos habían viajado con un primo y un cuñado,quienes lograron obtener un empleo en una fábrica de madera: “Por buscar un mejor futuro, salieron a Polonia en febrero. La idea era trabajar, buscar cómo montar un negocio y estudiar”, aseguró su hermana Alina, al medioEl Tiempo.
Ahora, la familia de Mario y Diego solicitan ayuda para repatriar sus cuerpos al país con la intención de brindarles cristiana sepultura.
El 4 de abril de 2024, El Colombiano publicó una noticia similar sobre Marcel Polo, un joven deportista de 24 años que murió en un lago de Zielonka, Varsovia, Polonia.
Marcel estaba jugando tenis, pero fue a recuperar la pelota que había caído al agua y, en medio de la búsqueda por el objeto, a él le dio un espasmo imposibilitando el movimiento de su cuerpo. Marcel intentó salir del lago mientras gritaba desesperadamente, pero fue en vano, ya que no se escuchó el llamado de auxilio que emitía e inevitablemente murió.