Tras una semana de su triplete en el Tour de Flandes, el ciclista neerlandés Mathieu van der Poel (Alpecin Deceuninck), campeón del mundo en ruta, volvió a marcar su nombre en la París Roubaix, carrera que disputó su edición 121 por medio de 259,7 kilómetros entre Compiègne y el velódromo de Roubaix.
“Es difícil de creer, y lo he vuelto a lograr con nuestro equipo. Alpecin-Deceuninck quizás ha sido incluso más fuerte que el año pasado. Estoy muy orgulloso de los compañeros”, mencionó Van der Poel tras su triunfo.
Con esta victoria, a sus 29 años el ciclista de Kapellen logró su sexto ‘monumento’ en la ‘clásica de las clásicas’ siendo fiel a un estilo demoledor que le hace ser único en el pelotón mundial.
“Nunca soñé con algo así cuando era niño, y ahora no tengo palabras para explicarlo”, añadió el corredor.
Fiel a su estilo, el deportista logró llegar al mítico velódromo de Roubaix con tiempo de 5h.26.01, a una media de 47,8 km/hora. Sus perseguidores terminaron la jornada a 2.57 minutos, con el belga Jasper Philipsen segundo haciendo doblete para el Alpecin y el danés Mads Pedersen (Lidl) en tercer lugar.
“En realidad ese no era el plan. Sólo quería hacer la carrera difícil a partir de ahí. Ese es mi punto fuerte. Me sentí súper bien hoy y sabía que había viento de cola durante la mayor parte del camino hasta la meta. Tuve un día realmente bueno”, explicó.
Por el momento, Van der Poel luce en su palmarés 49 victorias, entre otras, y en clásicas, tres Flandes, dos Roubaix, una San Remo, una Amstel y una Strade Bianche. Esta es la tercera del año; ahora, se dirige a la Amstel y Lieja Bastoña.