Siete balazos, con arma traumática, tienen luchando por su vida a un adolescente, de 14 años, en el municipio de Becerril, en el departamento del Cesar. Ocurrió en el interior de la Institución Educativa Ángela María Torres Suárez.
Tal parece que el menor, junto a otro adolescente que no supera los 15 años, entraron al colegio para, presuntamente hurtar algunos elementos de cobre y chatarra para su posterior comercialización en una chatarrería del barrio.
Los menores ingresaron sin permiso alguno y, al hacer un ruido, alertaron al celador del plantel educativo sobre la presencia de extraños. El guarda de seguridad, cumpliendo su función, buscó cerciorase de lo que pasaba.
En medio de aquella situación, el vigilante sacó su arma traumática y les disparó, además llamó a la comunidad para que lo ayudarán. Uno de los menores fue baleado siete veces, el otro logró escapar sin lesiones, supuestamente.
Medios del Cesar informaron que la institución educativa está en remodelación y en el patio se encuentran algunos elementos inservibles por los cuales iban los jovencitos, sin imaginarse que una travesura se convertiría en un gran problema.
Los hechos sucedieron el pasado Viernes Santo, y aún el menor baleado permanece en delicado estado de salud en una clínica del municipio de Agustín Codazzi, donde fue sometido a una intervención quirúrgica por presentar afectaciones en varios órganos.
Los familiares del adolescente herido, exigen justicia y las sanciones respectivas contra quien disparó al menor sin compasión. Asimismo, solicitan a la directiva del centro médico la entrega de la historia clínica para instaurar la denuncia ante la Fiscalía, ya que aseguran tener identificado al presunto responsable.
Afirman que el vigilante primero redujo a la víctima y luego le disparó. La Policía Nacional dispuso del grupo de Infancia y Adolescencia para brindar acompañamiento a la familia del menor herido, junto con el ICBF, para verificar si el menor estaba siendo instrumentalizado para cometer delitos.